La Corporación aprobó hace unos días por mayoría el acuerdo de instar al gobierno de Carmen Moriyón a llevar a la sesión plenaria del próximo mes unos presupuestos para este año. Otra cosa es que la Alcaldesa asuma este mandato plenario o que, de asumirlo y presentar los presupuestos, lograra los votos necesarios de la oposición para sacarlo adelante. Mientras se dilucidan ambas cuestiones, el Ayuntamiento de Gijón ya vive en situación de prórroga presupuestaria y el importante frenazo a la inversión que genera este escenario tiene un efecto directo muy especial en obras públicas en los barrios. En muchos casos, obras demandadas desde hace tiempo y que ahora sumarán nuevos retrasos.

Y es que aunque Foro tiene claro que todos estos proyectos tendrán recursos garantizados a lo largo del año vía modificaciones presupuestarias avaladas con dinero llegado de los remanentes o del préstamo en tramitación, ese camino supone nuevas idas y venidas de los expedientes por los departamentos municipales y, finalmente, consensos en el salón de plenos a la hora de sacar adelante las votaciones. Son más días a acumular al calendario de los retrasos en obras públicas que llevan siendo motivo de crítica vecinal desde hace tiempo. El anexo de inversiones del decreto firmado por Moriyón no deja lugar a las dudas, ni cuantitativas ni cualitativas, sobre la incidencia de la prórroga en la actividad inversora del Ayuntamiento. Sobre un presupuesto de partida de 26.054,435,54 euros sólo son prorrogados 3.003.726,64 euros. Un 11,5%. El resto de las iniciativas establecidas en este listado empiezan el año a cero en el marcador.

¿Y qué se cae de la suma? Pues muchos proyectos con nombre y apellido pero, sobre todo, con ubicación geográfica definida. Por ejemplo, mejoras en los accesos a Nuevo Roces, el asfaltado de calles en la zona oeste, el circuito de bici extrema de Los Campinos, la renovación de accesos al barrio de Pescadores, la pasarela de Lloreda, la mejora de los patios de La Camocha, actuaciones de alumbrado en la calle Río Cares y el barrio de La Arena o un plan de renovación de juegos y mobiliario urbano en varios parques de la ciudad. Muchos de estos proyectos proceden de la decisión popular a través de las novedosas votaciones de los presupuestos participativos. En materia de ordenación del tráfico sólo se prorrogan los 90.750 euros para un sistema centralizado .

Hay otro paquete importante de inversiones en barrios que pasan de una asignación de 682.500 a cero euros y que tienen que ver con mejoras en parques y zonas verdes, distribuidas por toda la ciudad. Tampoco hay prorroga en los 250.000 euros fijados en el anexo de inversiones de 2017 en materia de creación de centros docentes de enseñanza infantil: aquí iba la primera partida para ejecutar la escuela de bebés de Contrueces y 50.000 euros para hacer un proyecto de centro en El Llano, solicitado por el PSOE y del que Foro se ha desentendido por falta de ubicación. Las inversiones generales en colegios pasan de 392.234 a 45.534 euros.

Y de 1,1 millones a 50.000 euros pasa la partida de promoción cultural al no poder prorrogarse todo lo diseñado como mejoras en museos y centros culturales, incluyendo la biblioteca del Polígono. Sólo se salvan los 50.000 euros para subvenciones a la rehabilitación de hórreos y paneras.

A tajo se corta la inversión en materia de instalaciones deportivas ya que sobre un presupuesto de partida de 1,6 millones sólo se prorrogan cien euros. Aquí hay iniciativas que llevan tiempo en marcha pero que no acaban de arrancar por problemas de diferente índole. De ubicación como el campo de fútbol para uso mayoritario de equipos femeninos en Ceares o de negociación administrativa como el complejo deportivo de la Universidad Laboral. También se quedan por el camino dineros para obras en el pabellón de La Arena o la pista de la Algodonera y el nuevo complejo deportivo de la zona oeste. En el capítulo de servicios rurales, con un amplio listado de obras en marcha en pavimentación y renovación, la prorroga hace bajar el marcador de 1,2 millones a 23.776 euros. Todo esto sin tener en cuenta que sin respaldo económico se queda también la partida para subvenciones a fachadas y barrios degradados, que se distribuyen por toda la ciudad.