Los perros de la Guardia Civil y su capacidad para la detección de explosivos -detonación de una bomba incluida- fueron los grandes protagonistas de la exhibición con la que la Benemérita encandiló a todo el alumnado del colegio Santa Olaya en la mañana de ayer. Una veinte de agentes permitió conquistas a los más pequeños que al termino de "función" repetían una y otra vez a gritos "¡otra, otra!". Ningún de ellos quería que acabase una jornada escolar en la que también disfrutaron enfudándose chalecos antibala, los cascos de seguridad y montándose en los vehículos.

Fue gracias a los agentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón, que ayer se desplazó al centro escolar del barrio de El Natahoyo con agentes de varias de sus unidades, que los niños pudieron disfrutar y conocer de primera mano la labor que desempeñan los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. La Policía Judicial, el Seprona, la patrulla de Seguridad Ciudadana, Usecic, Tráfico, Gedex y el servicio cinológico -faltaron solo representadas de los Geas, inmersos en las labores de búsqueda de las mujeres desaparecidas en Asturias- se repartieron en varias mesas desplegando sus útiles de trabajo para mostrárselos a los niños. Jóvenes estudiantes que plantearon sus inquietudes a los agentes.

"Con esta iniciativa -dentro del 'Plan Director para la convivencia y mejora de la seguridad escolar'- queremos darles a conocer los medios para prevenir la delincuencia y para proteger a las víctimas y hacerles llegar cómo trabajar, resolviéndoles todas sus dudas", explicó la portavoz de la Comandancia Celia Doval. Un proyecto que desde la Guardia Civil realizan en muchos centros educativas y que en el Santa Olaya llevaban tiempo con las ganas de realizar. "Los niños necesitan ver las cosas, ese es el mejor aprendizaje que les podemos dar", valoró la directora Rocío Paz.