"Gracias a todos. Un beso". Ese es el mensaje cargado de significado que el joven camarero gijonés Germán Fernández mandó esta mañana a todas las personas que le han apoyado en el proceso de recuperación de las lesiones neuronales sufridas tras una agresión en la zona de ocio nocturno de Fomento, hace ya ocho meses y medio.

El joven se encuentra ya en su domicilio de Gijón, acompañado por su familia, que no se ha separado ni un instante de él en todo este proceso que ya comienza a dar sus frutos.

"No calla", confirman entre risas sus familiares. Y es que Germán no deja de hablar "por los codos, es como un loro". El joven se esfuerza en comunicarse con su entorno. Entre balbuceos, palabras y gestos, lo consigue. Y si no, ahí está el móvil, en el que escribe el texto que quiere transmitir.

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Germán vuelve a casa

No solo en el lenguaje se ve el esfuerzo que Germán realiza día a día. La silla de ruedas que hasta ahora utilizó, se encuentra aparcada en la entrada de su domicilio. "En casa, lo llevo siempre andando", explica su madre. Al baño, al dormitorio, al sofá. Los pasos de Germán cada día son más y más seguros.

Lo que nunca perdió y cada día se hace más evidente, es su sonrisa. No la suelta nunca. Se ríe, hace bromas, e incluso "pica" a sus hermanas y su madre. El recuerdo más evidente de que el Germán de siempre, el que su familia y amigos recuerdan, cada día está más cerca de volver.