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Héctor Colunga | Director de Mar de Niebla

"La Calzada es un barrio activo; la gente responde, se implica y es solidaria"

"Mar de Niebla es una entidad comunitaria, sin colores partidistas; aquí hay voluntarios de todas las ideologías que trabajan en proyectos colectivos"

Héctor Colunga, en la sede de Mar de Niebla. ÁNGEL GONZÁLEZ

En 2015, el Rey le entregó el Premio Princesa de Girona, consistente en una estatua y diez mil euros. Era un premio individual, pero lo entregó integro a Mar de Niebla; fue un respiro. Héctor Colunga es un idealista con los pies en el suelo. Con hombres así, el mundo sería un paraíso.

- ¿Usted quién es?

-Nací en Gijón (1981), concretamente en El Llano, mayor de dos hermanos. Yo, de pequeño quería ser periodista, en El Llano participaba en una asociación juvenil que tenía una radio, Radio Oscura. Ésta había nacido en la parroquia del Buen Pastor. A los doce años fui a un campamento con la parroquia y allí había bastantes compañeros que estaban en el mundo de la comunicación, como Pachi Poncela, Irene Alonso, Jesús Martín? Todos ellos salieron de la parroquia del Buen Pastor. Yo fui catequista. Cuando llegó el momento de hacer una carrera, aquí no había periodismo, y como éramos una familia humilde, opté por estudiar Filología Hispánica, pero la dejé en quinto curso.

- ¿Por qué no la termina?

-No tengo tiempo material para acabarla. Trabajo en Mar de Niebla y hago mucho voluntariado. Soy creyente, pero practico muy poco. Cuando iba al instituto, empecé a trabajar durante tres años de pintor, y me pagaba los estudios. Elegí Filología Hispánica porque era lo más parecido al Periodismo. En tercero de carrera, pedí un préstamo para ir de Erasmus, a Italia, a Torino. Aparte, siempre estuve implicado en el asociacionismo y el voluntariado, desde los quince años hacía proyectos, lo que motiva que me llamaran de "Abierto hasta el amanecer" en el último trimestre de tercero. Me dicen que si me interesaría trabajar con ellos; me conocían de todo lo que hacía en la asociación. Respondo que sí. Al volver de Italia volví a "Abierto hasta el amanecer" a jornada completa y me volqué en el trabajo; la carrera ya no me llama la atención. Aparte me ofrecen coordinar un barrio entero, y al año siguiente me invitan a coordinar todo el programa, hasta que pasé a ser socio.

- ¿Por qué se fue a Barcelona?

-Porque en Italia había conocido a una chica, que era catalana y me enamoré. Al cabo de dos años separados decidí irme a Barcelona. Un amigo me dijo que por qué no iba a ver la Fundación Marianao, está en el barrio de Sam Boi. Y cuando llegué me ofrecen trabajo. Probé y permanecí allí cuatro años.Volvimos los dos en 2010 con un máster, prácticamente, ya que aprendí muchísimo en Barcelona. Ella también trabaja en Mar de Niebla, es psicóloga y consultora de recursos humanos.

- ¿Cuándo se implicó en Mar de Niebla?

-Había empezado en 2004, con un grupo de gente del barrio, que quería iniciar algo para dar respuesta a las necesidades, sobre todo de los jóvenes. En 2010 yo había regresado de Barcelona y me llamaron para hacer un estudio de lo que estaban haciendo en los años anteriores. Dije que encantado porque tenía experiencia. Hicimos un análisis interno de Mar de Niebla durante un par de meses, y al acabar Monchu me propuso ser el director, para poner en marcha el proyecto comunitario. Empezamos en 2011, con ganas, pero sin recursos.

- ¿Cómo se las arreglaron?

-Teníamos una situación muy difícil. Optamos por hacer cosas, empezando por la infancia, y poco a poco, evidenciando nuestra voluntad, según trabajábamos llegaron los recursos.

- ¿De dónde?

-El Ayuntamiento y el Principado contribuyeron, y además ayudas fuera de Asturias, como la Fundación Educo, la Obra Social La Caixa, y algunas empresas.

- ¿Tenían local?

-Alquilamos uno cerca de aquí, era de poco más de 100 metros, pero enseguida nos quedó pequeño. Fueron los vecinos los que nos dijeron que éste estaba libre. Había sido el economato de Ensidesa, que lo abandonó en 1984, y nadie lo ocupó desde entonces. Nos lo alquilaron por un precio muy barato y aquí estamos. En 2013 inauguramos el centro comunitario. La cena de Rotary Club supuso una ayuda importante. Este es un espacio abierto al barrio.

- ¿Cuántos voluntarios tienen?

-Ahora mismo, que vengan regularmente todas las semanas, 73 voluntarios, y aparte, gente que colabore de manera puntual 190, y trabajando 15, y ahora que tenemos un buen proyecto somos 30. La Calzada es un barrio muy activo, la gente responde, se implica, es muy solidaria. Cuando en los ochenta ocurría lo de la heroína, ¿quién lo solucionó? El barrio.

- ¿Y cuántos participantes?

-El año pasado más de 2.500 personas. Ahora mismo entre infancia y adolescencia, a la semana, pasan por aquí unos 140.

- ¿Y cuál es el proyecto que cuenta con más participes?

-Los de inserción laboral. Hay unos 45 jóvenes que vienen todas las mañanas para formarse, para preparar la ESO, estudiar. Adultos en un proyecto de acompañamiento hay 107.

- Les han concedido la medalla de plata de la ciudad, ¿qué ha supuesto?

-Fue una sensación muy buena. Aquí se viven situaciones muy complejas, y cuando estás intentando remar contra corriente, cuando las excusas que oyes desde los que tienen la obligación de neutralizar las diferencias. Un reconocimiento así es una satisfacción para los que trabajamos aquí.

- Falta Bardales?

-Sí, ha sido un referente. Hay nombres propios en La Calzada muy importantes, Bardales ha sido uno, sobre todo en la zona Oeste. Ayudó a mucha gente. Y Hevia Carriles igual.

- ¿Mar de Niebla, tiene connotación política?

-No, cero, esto es lo que más me costó trabajar. La visión que había desde fuera era que sí, que tenía color partidista. Pero esto es una entidad comunitaria, y aquí hay voluntarios de todos los partidos. Trabajamos en proyectos colectivos, y lo importante es convencer a todos de que tiene que haber unas bases mínimas de justicia social.

- ¿Cómo se llama su niño?

-Unai, es un nombre vasco, significa pastor. Estoy loco por él, tiene seis meses.

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