El joven que apuñaló a un agente en Gijón iba en zapatillas y pidió agua en el bar donde le arrestaron: "Fue como una peli"

El joven accedió a un local de la avenida Pablo Iglesias a pedir un vaso de agua

Un joven con un brote psicótico apuñala a dos policías y se da a la fuga en El Coto (Gijón)

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Vestido de negro, con zapatillas de andar por casa, la cara manchada, un pañuelo de mujer arrastrando casi por el suelo y "muy apagado". Así entró esta madrugada el joven con problemas mentales que ayer por la noche se dio a la fuga tras haber apuñalado a dos policías en su vivienda de la calle Feijoo. Su búsqueda se prolongó durante toda la madrugada, pero fue pasadas las cuatro y media de la mañana, cuando se produjo su detención a la puerta de una cafetería de la avenida de Pablo Iglesias. Entró a pedir un vaso de agua, explican los testigos de los detención, y fueron un par de serenos que se encontraban en el local los que le identificaron y procedieron a llamar a la Policía. "Fue como una película de pronto entraron seis agentes al local", explican estas personas.

El joven, de unos 24 años y cerca del metro noventa de altura, llevaba deambulando toda la noche por el barrio de El Coto. El dispositivo para buscarlo fue amplio. No solo se implicó la Policía Nacional con patrullas, sino también agentes de paisano y algunos fuera de servicio peinaron las calles del barrio gijonés. A su vez, la Policía Local también participó en este dispositivo con un número importante de patrullas y de agentes. El operativo duró toda la noche, pero muchos de los participantes reconocieron lo complicado que era capturarle debido a la disposición del barrio de El Coto, con viviendas plagadas de patios interiores de fácil acceso desde la calle. Se revisó toda la ciudad, desde la playa de San Lorenzo, hasta el parque de Los Pericones. La prioridad era máxima puesto que había huido con el arma que perpetró el ataque.

Al final, fue en esta cafetería de Pablo Iglesias donde se le avistó. Varios serenos, que estaban al tanto de lo sucedido (varios policías insistieron en avisar a estos profesionales sobre el asunto) fueron los que se dieron cuenta de que ese chaval de aspecto desgarbado que entró pidiendo un vaso de agua era el hombre más buscado de Gijón. Varias patrullas se personaron en la cafetería y lograron detenerle. Lo sacaron a la calle, a donde llegaron aún más coches, para trasladarlo de la zona y poder suministrarle el tratamiento que se precisara. Parece claro que sufre un severo problema de salud mental y que el de ayer no habría sido el único incidente que habría provacado. Eso sí, nunca tan serio.