Mientras la fuerte violencia se sucede cada día en Siria, las reacciones de la comunidad internacional no cesan. Esta vez, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, ha apuntado que el presidente de Siria, Bachar al Asad, podría entrar dentro de la "categoría" de criminal de guerra. Entretanto, el representante sirio ha abandonado el debate del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Clinton ha comparecido en el Senado y, a la pregunta de un congresista sobre si Al Asad debe ser considerado un criminal de guerra, la jefa de la diplomacia ha admitido que podría discutirse dicha catalogación.

Sin embargo, la secretaria de Estado ha subrayado que estas etiquetas "limitan las opciones para convencer a los líderes de que abandonen el poder", una de las principales reivindicaciones de Washington en el caso sirio durante los últimos meses.

En este sentido, Clinton ha declarado que cree que el régimen de Al Asad se encamina a su fin, aunque no ha sabido precisar cuánto tiempo le queda. Además, Clinton fue una de las asistentes a la cumbre de 'Amigos de Siria' celebrada la semana pasada en Túnez y en la que se instó a Damasco a cesar la represión contra quienes piden su salida.

Precisamente, Túnez ha ofrecido este martes dar asilo político al presidente sirio si con ello se ayuda a poner fin a la ola de represión con la que su régimen ha respondido a las protestas en su contra que comenzaron hace casi un año.

"Túnez está dispuesto en principio a dar asilo político a Bashar al Asad y su familia si esta propuesta contribuye a detener el baño de sangre", ha señalado Adnen Monssar, asesor del presidente tunecino Moncef Marzouki, en declaraciones a Reuters.

Asimismo, Marzouki sugirió durante la reunión de 'Amigos de Siria' que Rusia, que ha vetado las resoluciones contra Damasco en el Consejo de Seguridad de la ONU, diera refugio a Al Asad. Este martes, su ayudante ha dicho que Túnez estaría dispuesta a hacerlo.

Túnez, cuya revolución pacífica desencadenó los levantamiento de la llamada 'Primavera árabe' que ya han visto la caída de regímenes en Egipto, Libia y Yemen, es contrario a una intervención militar en Siria. Sin embargo, ha expulsado al embajador sirio en protesta por las "masacres contra el pueblo sirio".

Otra de las reacciones de esta ola de violencia que azota el país de Oriente Medio, es la del representante sirio ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que ha abandonado el debate sobre Siria que se está desarrollando en este organismo con sede en Ginebra y ha exigido a todos los países que dejen de "proporcionar armas" a los rebeldes que luchan contra las fuerzas del régimen.

Así las cosas, el embajador Faysal Jabbaz Hamoui ha calificado de "estéril" la discusión en el Consejo, ha pedido a los demás Estados que dejen de "incitar el sectarismo" religioso y de "proporcionar armas" a los rebeldes y ha criticado las "sanciones injustas y unilaterales" impuestas a Damasco porque, según ha dicho, están impidiendo que los sirios obtengan medicamentos y combustible y realicen transferencias bancarias.

"Volvemos a decir a los supuestos amigos del pueblo sirio que lo más sencillo que se puede hacer para ayudar inmediatamente al pueblo sirio es dejar de incitar al sectarismo, proporcionar armas y financiación y hacer que los sirios se enfrenten entre sí", ha declarado durante el debate de emergencia sobre la situación de violencia que atraviesa siria, convocado a petición de los países del golfo Pérsico y de Turquía y respaldado por los Estados occidentales.

Por su parte, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha reclamado "un alto el fuego inmediato" ante el deterioro constante que está sufriendo la situación humanitaria en el país desde noviembre pasado y que se ha visto agravado en las últimas semanas, en especial en Homs.

En su discurso ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha advertido de que la situación humanitaria es "grave" y por tanto debe haber un "alto el fuego inmediato" de carácter humanitario.

Según ha precisado, el Gobierno sirio remitió el pasado 15 de febrero un informe en el que cifra en 3.939 las víctimas mortales desde que comenzaron las protestas, a mediados de marzo del año pasado, hasta el 18 de enero de este año, si bien la información de la que dispone su oficina apunta a que "las cifras reales podrían exceder de lejos de estos datos". De acuerdo con Pillay, sólo en enero habrían muerto 80 menores.

En este sentido, ha subrayado que "cientos de personas" han fallecido desde que comenzó la ofensiva de las fuerzas leales al régimen de Al Asad contra Homs a principios de febrero, ya que el Ejército sirio ha procedido a bombardear "zonas densamente pobladas en lo que parece un ataque indiscriminado".

Al mismo tiempo, ha reclamado a Damasco que permita "el acceso sin restricciones" de las agencias humanitarias al país así como la entrada de "observadores internacionales independientes" para que puedan visitar los centros de detención, al tiempo que ha reclamado la liberación de todos los detenidos en los últimos meses a raíz de las protestas.

Como en ocasiones anteriores, Pillay ha defendido que el "paso en la buena dirección" sería que el Consejo de Seguridad de la ONU remitiera el caso de Siria al Tribunal Penal Internacional (TPI) y ha advertido nuevamente a las autoridades sirias de que "sus acciones de hoy no quedarán impunes".

Además, la alta representante ha hecho alusión al reciente informe del comité de investigación de la ONU en el que se puso de manifiesto la comisión de graves violaciones de los Derechos Humanos "con el conocimiento y consentimiento de los altos niveles del Estado".

Por último, Pillay ha reconocido que el documento también confirmó "abusos" por parte de las fuerzas contrarias al régimen, pero éstos, ha dicho, no son "comparables" a los cometidos por Damasco.