El presidente francés, Nicolas Sarkozy, cargó contra los manifestantes que le abuchearon el jueves y que malograron su visita electoral a la ciudad vascofrancesa de Bayona, entre los que había independentistas vascos y socialistas, y criticó que pretendan imponerse "con la violencia y con la intimidación".

"En una República hay que respetar a aquél con quien no se está de acuerdo. No se impide hablar a los demás, uno no puede comportarse como un delincuente", señaló Sarkozy en un mitin de la campaña para su reelección en Burdeos.

Contó que "en Bayona el pasado jueves vi a gente que no soportaba que tengas una opinión diferente de la suya, que no podía admitir que no pienses como ellos".

"Esa gente, ¿se cree que van a ganar con la violencia y con la intimidación? Se equivocan porque en Francia hay una mayoría silenciosa que está harta de callarse y de soportar las lecciones de los que no tienen ninguna que darles", añadió.

El jefe del Estado conservador, sin nombrarlos directamente, se refirió a los militantes socialistas que junto a independentistas vascos y miembros de otros colectivos le impidieron que realizara una visita a pie por el centro de Bayona, que tuvo que acortar para refugiarse en un bar junto a la catedral mientras los antidisturbios los hacían retroceder para poderlo sacar.

"Vergüenza a los que se unieron a los separatistas vascos, una pequeña minoría animada por un odio ciego contra Francia y dispuestos a todo", dijo.

Según los periodistas presentes, la mayor parte de quienes le abuchearon eran independentistas vascos, aunque también había personas de diversos colectivos (ecologistas entre otros) y militantes y responsables socialistas locales, hecho este último que fue muy recriminado por el partido de Sarkozy, la Unión por una Mayoría Popular (UMP).

Hollande se desmarca

El candidato socialista a las presidenciales y actual favorito en las encuestas, François Hollande, se quiso desmarcar y señaló en un mitin en Lyon ese mismo día que "nunca debemos ceder a una polémica inútil, nunca ceder a la violencia verbal o física".

Por otra parte, Sarkozy esta tarde en su mitin de Burdeos ante unas 8.000 personas consideró que aunque en principio "la inmigración es una baza (...) por qué no reconocer que puede también ser un problema".

"La República está abierta, es acogedora, es generosa" con los inmigrantes, pero "no puede serlo si se ve inundada por una inmigración descontrolada", comentó.

Desautorizó la propuesta socialista de conceder el voto a los extranjeros extracomunitarios en las elecciones municipales porque a su juicio "separar el derecho de voto de la ciudadanía, de la nacionalidad, es atentar contra la República".

"Es abrir el camino al voto comunitario, es poner a los alcaldes bajo el chantaje comunitario", apostilló.

Sarkozy se pronunció por un endurecimiento en la aplicación de las penas de cárcel, de forma que un condenado no pueda beneficiarse de una liberación condicional hasta no haber cumplido al menos dos tercios de la impuesta por los tribunales.

Igualmente apostó porque sean jurados populares, y no jueces profesionales, los que decidan sobre el ingreso o no en prisión de un imputado, y sobre la aplicación de penas de los condenados.

En una línea similar, afirmó que debe ser una "prioridad de la política penal de los menores (...) la obligación de reparar el daño" causado.