Oviedo, Eugenio FUENTES

La deriva autocrática seguida desde el 22 de noviembre por el presidente de Egipto, el islamista Mohamed Mursi, no ha cogido por sorpresa al novelista e hispanista egipcio Ahmed Abdul Latif. «No esperábamos nada menos de Mursi. La leyenda de los Hermanos Musulmanes ha caído», afirmó ayer en conversación telefónica desde El Cairo con LA NUEVA ESPAÑA. Lo que sí le sorprendió fue la cara de odio que vio el miércoles en los milicianos islamistas que atacaron a los opositores a Mursi: «Matan con fe, convencidos de que están ganando el Paraíso. Dicen que los únicos musulmanes son ellos y miran a los demás, intelectuales, laicos, revolucionarios, como a infieles que quieren destruir el país y a los que tiene que matar».

Para Latif, la voluntad dictatorial de los Hermanos Musulmanes no ofrece duda. «Llevaban 80 años esperando tomar el poder y ahora que han llegado es difícil quitárselo». De ahí, prosigue, que hayan aprobado, «en una Asamblea Constituyente de la que se han ido todos los que no son islamistas, una Constitución deformada que sólo defiende los derechos del hombre musulmán suní. Una Constitución», denuncia, «que no protege a los cristianos, ni a los chiitas, ni a los bahaístas, ni a las mujeres. Que no habla del derecho al trabajo ni de los pobres».

De ahí también, la presencia en la calle de milicianos islamistas. «Ahora sabemos por qué Mursi liberó sin juicio a todos los islamistas detenidos, a todos los terroristas que habían matado a intelectuales y turistas. Ahora entendemos por qué ha dejado que regresaran de Afganistán 9.000 yihadistas que están operando en el Sinaí. Son sus milicianos, los que sabía que iba a necesitar contra los manifestantes cuando Interior dijera que no iba a atacar al pueblo».

Con todo, Latif ve algo positivo en esta crisis. «Está bien que pase ahora. Mejor que dentro de un año, porque así se les ha visto enseguida la cara a los Hermanos Musulmanes. Como está bien que hayan ganado las elecciones. Si hubiesen perdido, seguirían siendo las víctimas opositoras que fueron durante décadas. En cambio, quienes votaron a Mursi ahora están viendo al dictador que quiere acaparar todos los poderes, a un hombre que se toma por Dios, no por un presidente normal, y que en cinco meses no ha logrado ningún avance en un país que tiene mucho sufrimiento económico. Porque no tiene proyecto económico ni político. Sólo hacer un país islámico».

El hispanista ve «fuertes» y «muy numerosos» a los opositores a Mursi. «Por supuesto, quieren que se aplace el referéndum constitucional, pero empezaron sus protestas poco a poco. Lo que ocurre es que ante el rechazo presidencial han ido subiendo el tono y ahora ya sólo quieren destronar a Mursi». Ahmed Latif cree que el presidente caerá «muy pronto, porque está haciendo las tonterías del déspota» y, aunque está seguro de que si los islamistas son desalojados del poder no volverán a conquistarlo, teme lo que pueda venir después. «Si hay elecciones y gana un presidente civil, ¿qué van a hacer? Matar, recurrir al terrorismo, pero con más envidia y con más odio que ahora».

Su dictamen es claro: «Egipto está en un pozo muy profundo, del que es muy difícil salir. Lo que empezó con los choques del miércoles es la señal de una guerra civil, los primeros pasos». En consecuencia, cree que los militares no permanecerán mucho en segundo plano: «No sé cuándo, pero si seguimos así se meterá el Ejército, de tradición laica, para impedir la guerra civil y es posible que acabe enfrentándose a las milicias. Van a estar con el pueblo, no con los islamistas». Un pronóstico que cierra con un pensamiento resignado: «Estoy en contra del Ejército, pero para salir de esto tal vez necesitemos otro dictador militar. Como si estuviera escrito que tenemos que estar siempre entre los militares y los islamistas».