El Gobierno de Corea del Sur dio hoy su respaldo al informe de la ONU que constata violaciones masivas de derechos humanos en Corea del Norte y espera que eleve la conciencia internacional sobre la situación del país.

Seúl "espera que el informe ayude a elevar la conciencia internacional sobre la situación de los derechos humanos en Corea del Norte", indicó el Ministerio de Exteriores en un breve comunicado.

El Gobierno surcoreano alabó los esfuerzos realizados por la Comisión de Investigación de la ONU para Corea del Norte y se comprometió a "reforzar su cooperación con la comunidad internacional para mejorar la situación de los derechos humanos" en el país comunista.

La Comisión de Investigación publicó el martes un documento de más de 400 páginas que documenta de forma inédita un gran número de "atrocidades indescriptibles" en Corea del Norte, basado en testimonios de primera mano de 240 víctimas y testigos.

Entre los crímenes contra la humanidad, acusa a las autoridades norcoreanas de "exterminio, asesinato, esclavitud, tortura, encarcelamientos prolongados, violencia sexual, abortos forzosos, privación de alimento, desplazamiento forzoso de poblaciones y persecución por motivos políticos, religiosos, racionales o de género".

El presidente de la Comisión de Investigación, Michael Kirby, hizo un llamamiento a la comunidad global para presentar el caso a la Corte Penal Internacional de La Haya, opción poco probable debido al previsible veto de China en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Kirby también remitió una carta al líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, para advertirle de que como máximo responsable de todas las instituciones del Estado debe asumir su responsabilidad sobre los crímenes, incluso si no ha participado directamente en ellos.

De momento Corea del Norte no se ha pronunciado a través de sus medios estatales sobre el contundente informe de Naciones Unidas, aunque en ocasiones anteriores el régimen de los Kim ha negado sistemáticamente todas las acusaciones y las ha atribuido a "propaganda capitalista".

Según el informe presentado ayer, entre 80.000 y 120.000 prisioneros políticos permanecen retenidos en cuatro grandes campos de trabajo, donde son privados deliberadamente de alimentos como forma de control y castigo y sometidos a trabajos forzosos.

Además, el documento confirma que los norcoreanos de a pie carecen de los derechos de libertad de pensamiento, conciencia, religión, expresión, información y asociación, en un país estructurado en un sistema de castas conocido como "songbun" que condiciona las vidas de los ciudadanos según su lealtad al régimen.