El Parlamento de Portugal aprobó ayer varias medidas dirigidas a revertir a partir de 2016 la austeridad predominante en los últimos años, de momento de forma parcial, a iniciativa del nuevo Gobierno socialista.

La Cámara dio vía libre a varios proyectos legislativos de cara a 2016, dirigidos a reducir ligeramente la carga fiscal y a eliminar gradualmente los recortes aplicados a los salarios de los funcionarios.

El Ejecutivo liderado por el socialista António Costa, que tomó posesión hace tres semanas, logró sacar adelante una parte de estas propuestas gracias al apoyo de los partidos de izquierda radical, con los que firmó un acuerdo clave para su llegada al poder, ya que no cuenta con mayoría absoluta. Sin embargo, en el hemiciclo se reflejaron también por primera vez las divergencias que separan a los socialistas de marxistas, comunistas y ecologistas con el debate sobre un impuesto especial sobre las pensiones.

Las fuerzas de izquierda votaron en contra de seguir cobrando la Contribución Extraordinaria de Solidaridad (CES) el próximo año, que actualmente afecta únicamente a las pensiones más altas, a partir de 4.611 euros mensuales. La iniciativa, que reducirá en 2016 a la mitad la tasa que penaliza a estos pensionistas en comparación con la aplicada este año, fue aprobada gracias al apoyo de los conservadores, que la incluían también en su programa.

Lo contrario ocurrió a la hora de votar la reducción de un impuesto extraordinario sobre la renta que se cobraba a los trabajadores del sector privado y la reposición gradual de los salarios de los funcionarios. Ambas medidas salieron adelante gracias al consenso entre socialistas y el resto de las fuerzas de izquierda, que negociaron de forma conjunta el diseño de estas políticas.