Los responsables de los albergues públicos de Cardiff han obligado a los solicitantes de asilo a llevar permanentemente en la muñeca una pulsera de un color rojo muy llamativo, lo que habría facilitado que estas personas hayan sido víctimas de discriminación y ataques.

La polémica saltó este domingo a raíz de un reportaje de "The Guardian" que revela que los responsables de la empresa Clearsprings Ready Homes (una subcontrata) les han dicho a los refugiados que tienen que llevar siempre las pulseras o no les darán de comer. Ésta es su única fuente de alimentación, ya que tienen prohibido trabajar y no reciben ningún tipo de asignación.

Esta polémica salta tras el escándalo que ha generado el hecho de que las casas destinadas a acoger a solicitantes de asilo de Middlesbrough hayan sido pintadas del mismo color rojo. En ambos casos los responsables son los gestores de empresas privadas concesionarias de una contrata del Ministerio del Interior.

Por otra parte, el tope máximo de 37.500 refugiados fijados por el Gobierno austríaco para este año se alcanzará previsiblemente antes del verano, dijo la ministra de Interior, Johanna Mikl-Leitner.

Lo que se hará entonces aún se está estudiando. Pero Mikl-Leitner apunta que "una posibilidad es hacer como Suecia, aceptar solicitudes más allá del tope pero no tramitarlas".