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"Me pudo pasar a mí, estuve cerca"

"Fue horrible; ahora hay miedo a salir de casa", relata Marta Álvarez, quien se encontraba en el paseo marítimo en el momento del atentado

Tres velas formando la bandera francesa, en la plaza Mayor de Gijón. juan plaza

Nunca olvidarán el 14 de julio. Tres jóvenes con vínculos asturianos y residentes en Niza y en Cannes vivieron de cerca el atentado del camión del paseo de los Ingleses, que al cierre de esta edición sumaba 84 víctimas mortales. Todavía afectados por la barbarie, narran sus experiencias a LA NUEVA ESPAÑA.

Marta Álvarez, estudiante madrileña de Publicidad y Relaciones Públicas, compartió piso en Niza durante el curso con el luarqués Pablo Calvo y pasará el verano en la ciudad gala haciendo prácticas en una empresa de marketing digital. El atentado la cogió en el propio paseo de los Ingleses, a escasos trescientos metros del lugar donde el camión blanco del suicida tunecino arrolló a más de 100 personas. "Estaba en la playa con unos amigos viendo los fuegos artificiales, subimos al paseo marítimo y de repente empezamos a ver a un montón de gente corriendo en avalancha para todos los lados, no sabíamos qué hacer y empezamos a correr también", relató Álvarez desde Niza. "Lo pasé fatal, fue horrible, aún no me creo lo que ha pasado. Primero pensé que sería algún problema con los fuegos artificiales, pero luego me acordé de los atentados de París".

Marta Álvarez no quiere ni plantearse la posibilidad de que ella podría haber sido una de las víctimas. "Es algo que piensas que no puede pasar, pero también es verdad que si hubiésemos ido un poco más a la derecha nos podría haber pasado a nosotros".

Otro testigo directo de los hechos, estudiante de Informática, también se encontraba en el paseo marítimo en el momento de lo sucedido. Prefiere que no trascienda su identidad. "Empezamos a ver a mucha gente corriendo y les imitamos sin pensarlo. Había mucha confusión, pero no pensamos en un atentado, sino en un simulacro o algo de menor gravedad", relató. Asegura tener "miedo, tanto como para no salir de casa", aunque no reciben mucha información, poco más extensa que la que se puede tener aquí en España. "La gente tiene miedo a que pueda volver a ocurrir un episodio similar, aunque no se da del todo por hecho que haya sido un atentado islamista", asegura. Otra de las españolas en la zona es la gijonesa Ana Díaz Rego, que vive en Cannes, a escasos 30 kilómetros de Niza. Díaz asegura que en la ciudad en la que reside la situación es más tranquila que en Niza. "Por el centro hay gente, aunque menos que en otras ocasiones. Sobre todo turistas, hay pocos franceses", aseveró. "Aquí en Cannes la gente no se enteró en directo", asegura, "nosotros cuando supimos lo que pasaba nos alejamos del centro por miedo a lo que pudiera suceder". Díaz explica que el colegio en el que trabaja ha suspendido las actividades extraescolares hasta el lunes y que éstas las realizarán en un autobús privado, no en transporte público como acostumbran.

Tras la tempestad, la calma irá volviendo a la vida de los españoles residentes en Francia.

A lo largo del día de ayer se sucedieron distintos actos públicos de condolencia en todos los puntos de la geografía asturiana.

Todos los grupos políticos se adhirieron a estas muestras de repulsa tras los trágicos acontecimientos.

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