El nuevo ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, no pidió ayer perdón por comparar el proyecto europeo con Hitler, aunque asistió a su primera reunión con sus homólogos de la UE con "cierta modestia", según el ministro de Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault. Como el resto de los cancilleres europeos, Ayrault dejó claro a Johnson que no habrá negociaciones sobre la relación futura entre la UE y el Reino Unido hasta que el Gobierno de Theresa May active el artículo 50 del Tratado de Lisboa e inicie el proceso de divorcio. "El mensaje que llevaré a nuestros amigos es que tenemos que cumplir la voluntad de la gente y salir de la UE, pero eso no significa de ningún modo que estemos dejando Europa", dijo Johnson, que ha renunciado a su columna semanal en "The Daily Telegraph", por la que cobraba 300.000 euros al año.