El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, anunció ayer el inicio de una "gran operación de ataques masivos contra el Estado Islámico y el Frente de Conquista del Levante (antiguo Al Nusra, rama local de Al Qaeda) en las provincias sirias de Homs e Idleb", con la participación del portaaviones "Almirante Kuznetsov".

Se trata del navío que a finales del pasado mes de octubre recibió autorización del Gobierno español para repostar en Ceuta. La autorización fue suspendida después de que la OTAN hiciese público su malestar por el hecho de que Madrid fuese a dar cobertura logística a una nave que se dirigía al Mediterráneo oriental para intervenir en la guerra civil siria.

Se trata de la primera vez en la historia que el único portaaviones de la Armada rusa entra en combate, según informó Shoigu, quien se reunió con el presidente ruso, Vladímir Putin, en la ciudad de Sochi, a orillas del mar Negro.

Coincidiendo con el lanzamiento de esta ofensiva contra el yihadismo, aviones de combate y helicópteros militares atacaron, por primera vez en tres semanas, barrios del este de la ciudad siria de Alepo (norte), cercados por el ejército y controlados por la oposición. Al menos cuatro personas murieron y otras 38 resultaron heridas por los bombardeos.

Moscú aseguró que los ataques no vienen ni de sus filas ni de las de Damasco, y precisó que los aviones rusos y los del régimen sirio llevan 28 días sin atacar desde el aire Alepo. Fuentes oficiales rusas calificaron de "mentiras" los ataques.