El ministro británico para el "Brexit", David Davis, pidió ayer a los diputados que voten a favor del proyecto de ley de retirada de la Unión Europea (UE) -también llamado de la Gran Derogación- a fin de evitar "el caos y la confusión" cuando el Reino Unido abandone el bloque en 2019.

Antes del inicio de un debate en la Cámara de los Comunes que debía culminar en una votación en torno a la medianoche pasada, Davis consideró "prioritario dar estabilidad y certeza a la retirada".

"Las empresas y los ciudadanos deben tener garantías de que no habrá cambios imprevistos en nuestras leyes después del día del 'Brexit', y esto es lo que facilita este proyecto", afirmó. El texto sometido a la consideración de los Comunes está destinado a poner fin a la supremacía de las leyes comunitarias, al incorporarlas al derecho británico.

Concretamente, la ley propuesta por el Gobierno revocará la Ley de las Comunidades Europeas de 1972, que autorizó el ingreso del país en la entonces Comunidad Económica Europea, y convertirá en británicas unas 20.000 directivas comunitarias para evitar el vacío legal.

El Gobierno conservador de la primera ministra, Theresa May, necesitaba, para iniciar el debate pormenorizado de la ley, el voto de los diez diputados del Partido Democrático Unionista (DUP) norirlandés, de los que depende tras perder la mayoría absoluta en las elecciones del 8 de junio.

El Partido Laborista, primero de la oposición, manifestó su oposición al proyecto legislativo, al considerar que el Ejecutivo pretende atribuirse competencias para actuar sin control parlamentario mediante una antigua cláusula conocida como los "poderes de Enrique VIII". Los laboristas aseguraron que modificarán el texto en la fase de enmiendas, tras superarse el trámite parlamentario de ayer.

Una vez enmendada, la Ley de Retirada de la Unión Europea o de la Gran Derogación, el primer gran texto legal para la etapa posterior al "Brexit", se someterá a una votación definitiva tanto en la cámara de los Comunes como en la de los Lores.