Avilés, M. PÉREZ

La costera del bonito ha tenido que adelantar este año su cierre por la escasez de capturas. En las flotas asturiana y de todo el Noroeste español cunde la preocupación porque, a pesar de que el precio del bonito es muy elevado, los beneficios obtenidos no cubren los costes de las embarcaciones. El alejamiento de la especie y el alza del precio del gasóleo refuerzan el pesimismo en el sector. Así, las cofradías de pescadores aseguran que las capturas registradas desde que empezó la campaña ni siquiera llegan a la mitad de las desembarcadas en la costera del año pasado. Y todo esto sucede a pesar de que la costera comenzó el pasado mes de junio, unos días antes de lo previsto, para compensar los malos resultados obtenidos en otras pesquerías, como la de la xarda o verdel.

Los expertos aseguran que la caída de las capturas este año se debe, entre otras causas, a las malas condiciones meteorológicas y a la temperatura del agua. También influye, según los profesionales, que los cardúmenes (bancos de peces) permanecen muy lejos, a unos tres días de navegación de la costa asturiana, entre las Azores y el sur de Irlanda. Esta lejanía supone un coste añadido, sobre todo en combustible, para los armadores y hace caer en picado la rentabilidad de esta pesquería. Los pescadores temen que la especie haya desviado su ruta migratoria por razones que desconocen. Aun así, no cunde el pánico. Los biólogos consideran que sería necesaria la repetición de datos tan malos durante varios años seguidos para empezar a hablar en serio de la existencia de una hipotética situación de especie amenazada.

Un total de 123 barcos pesqueros asturianos fue acreditado este año por la Dirección Territorial de Pesca en Asturias para participar en la costera de bonito. Los pescadores esperan la llegada de esta pesquería como agua de mayo, porque las restricciones de cupos pesqueros son mayores en otras especies. Este año no ha habido suerte. Y eso que el precio del bonito del Cantábrico batió el pasado junio un nuevo récord en el primer día de subasta: el kilo de túnido se ruló a 56,87 euros el kilo, casi doce euros más que en la pasada campaña y quince más que en 2009.

Aunque muchos barcos ya han abandonado, la campaña bonitera se cerrará oficialmente en Asturias dentro de unos días con la venta en las lonjas regionales de un millón de kilos de túnido, una cifra que en cuanto sea oficial se va a convertir en el nuevo récord histórico, pero, lamentablemente, será un récord negativo. No hay más que recurrir a los datos de años anteriores. Por ejemplo, en el año 2010 se comercializaron 2,25 millones de kilos y en 2009, que hasta la fecha había sido el peor año para los pescadores de bonito, se habían traído a tierra 1,47 millones de kilos. Así, las capturas de este año se alejan, y mucho, de los 2,6 millones de kilos de bonito rulados en 2006 y de los más de 3 millones de kilos que se pescaban, de media, en las campañas de la década de los años noventa.

El único aspecto beneficioso de la escasez de capturas fue el aumento de los precios de venta en la rula, de los mejores que se recuerdan. Si hay menos pescado, se paga más por él. Así funciona la rula. El precio medio del kilo de bonito en la lonja de Avilés rondó los 8,11 euros el pasado mes de junio. Durante las últimas semanas, el kilo de bonito ronda los 6 euros, lo que supone un cincuenta por ciento más que su precio habitual en otras campañas. De la rula, a los comercios, donde se agota todo el bonito que entra.

Mientras la costera del bonito hace balance negativo, los armadores asturianos se encuentran estos días enfrascados en la contratación de nuevo personal tras reabrirse la campaña de la merluza. El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino decidió hace unos días reabrir la costera de la merluza tras detectar un error al recontar el cupo: la Administración admitió que aún queda un 22 por ciento de cuota, como sostenían los pescadores asturianos de palangre de fondo.

Aunque los armadores se han quejado por los trámites burocráticos -la mayoría ya había mandado a sus trabajadores al paro- están satisfechos con la rectificación asumida por el Ministerio de Medio Marino. En la región estaba afectada por el parón una veintena de palangreros de fondos, la mayoría con base en los puertos de Avilés y Cudillero y con una media de siete tripulantes por embarcación. A pesar de haberse revocado la orden ministerial de cierre de la costera de merluza, los pescadores asturianos estiman que alcanzarán el cupo permitido antes de que finalice el trimestre. Con vistas al próximo año, los armadores esperan que la Unión Europea aumente los cupos.