La apuesta por la vida en el campo y la continuación de las labores ganaderas para las nuevas generaciones no es fácil. Por eso, algunos de ellos han optado, para seguir en el pueblo, por adaptarse a las nuevas demandas del mercado. Éste es el caso de los hermanos Gonzalo y José Agüera Menéndez (este último también es veterinario) que, tras hacerse cargo de la explotación de vacuno de sus padres, Jaime Agüera y María Amable Menéndez, decidieron vender las vacas en 2005 para dedicarse a la ganadería caprina. «Visitamos a los ganaderos de Castilla y León para ver qué posibilidades teníamos aquí con las cabras y, en junio, trajimos unas 480 murciano-granadinas, además de otras 250 cabras alpinas. Las primeras dan muy buena calidad de leche, pero no tanta cantidad como las alpinas, que dan mucha producción lechera pero no de tanta calidad, por lo que combinamos ambas para la elaboración del queso», dicen.

Ninguno de los hermanos pensó en dejar el pueblo ni la explotación de sus padres. «Siempre quisimos ser ganaderos. Mi hermano combina este trabajo con el suyo, como veterinario. Hasta hoy siempre hemos vendido la leche de las cabras. Actualmente la comercializamos a través de una empresa y, la que nos sobra, la estamos dedicando desde hace dos años a la producción quesera. Elaboramos nuestros propios quesos bajo el nombre de Granja Agüera», explica Gonzalo. Actualmente, las cerca de 1.200 cabras producen, al año, unos 600.000 litros de leche de los que destinan, al mes, unos 3.000 litros para la elaboración de su queso. Además de la leche y el queso, los hermanos Agüera también venden cabritos para carne.

La apuesta por el futuro de esta familia, donde los hijos tienen un papel esencial, se basa en un amplio conocimiento del medio en el que viven. En este sentido, Gonzalo Agüera afirma rotundo que «el campo no es duro si es para una economía de subsistencia y si es como complemento de otra actividad económica. Ahora bien, hay que ser realistas, pensar en el campo como única actividad económica de futuro a mí es algo que me parece impensable. Cada vez es más alto el número de explotaciones que van a cerrar en Asturias por falta de rendimiento. Hoy en día se paga muy poco por la leche».

En el aspecto positivo, Gonzalo Agüera sí considera que es posible vivir en el campo y del campo. «Nosotros estamos contentos con el resultado y con la salida que le estamos dando a la leche sobrante destinada a la elaboración de nuestro queso. Aquí estamos bien, vivimos donde siempre hemos querido, en contacto con la naturaleza, con la familia y no echamos nada de menos. De hecho, nosotros tenemos aquí mismo el supermercado», apunta, mientras señala hacia la huerta. «¿Ves?, fabas, lechugas, tomates, berzas. Hay de todo», finaliza.