Bello (Cabañaquinta),

Ana Paz PAREDES

Ainhoa Cao Menéndez, de 23 años, es una enamorada del pueblo natal de su madre, Bello, en el concejo de Aller. Tanto, que el pasado mes de marzo decidió trasladarse desde Gijón para quedarse en el concejo allerano. "Yo me crié en Cabañaquinta y luego marchamos mis padres, mi hermano y yo a Gijón. Allí estudie grado medio de auxiliar de enfermería y también el grado medio de química ambiental. Pronto me puse a trabajar. También empecé muy joven a montar a caballo, animal por el que siento auténtica pasión. Hace un año compré a "Aimer", una potra pura sangre lusitano, y me ocupo de ella en una finca familiar", afirma.

Sus padres la han apoyado en todo y, además, la visitan casi todos los fines de semana. En el pueblo, y además de cuidar de su yegua, también se ocupa de labores propias del campo, como puede ser la limpieza y desbroce de las fincas, y ayuda a retejar una cuadra con su padre. Ainhoa Cao no le tiene miedo al trabajo duro. Sabe muy bien lo que tiene que hacer cada día y lo hace con gusto. "Yo adoro mi pueblo, cuando nos fuimos siempre supe que volvería a vivir aquí. Me encanta abrir la ventana y escuchar los pajaritos por la mañana, ver las montañas, ocuparme de las fincas y de los animales. Tengo tres perros que adopté. Soy una persona muy feliz en Bello y no cambio este pueblo por nada", reitera mientras va saludando, en el camino, a varios de sus vecinos.

Para ellos también tiene buenas palabras. "Aquí me recibieron con los brazos abiertos. La gente, cuando ve que trabajas, que no estás por capricho, que realmente te interesa lo que haces y que disfrutas viviendo aquí, valoran más tu esfuerzo. Por otro lado, la relación es mucho más cercana que en la ciudad. Si necesitas cualquier cosa, si te pasa algo, los vecinos están ahí para echarte una mano, y eso no tiene precio", destaca.

Trabajo en Oviedo

Ainhoa Cao acude a trabajar a tiempo parcial y como auxiliar de clínica a un centro en Oviedo, unos días a la semana, cuando la llaman. La distancia con la capital no es para ella ningún problema porque lo que realmente le gusta y lo que le importa es vivir en Bello de forma independiente y como siempre quiso. Además, también está estudiando para sacar el título de técnico veterinario ecuestre. "La ciudad no es para mí, ahora bien, yo siempre estuve muy segura de que quería vivir en Bello y por qué. Yo disfruto mucho con la naturaleza y, además, siempre fui una persona muy independiente. Tengo unos vecinos estupendos, a mis tíos en Cabañaquinta. Mis padres vienen casi todos los fines de semana. No puedo pedir más", asegura esta allerana que ha decidido volver a sus orígenes.