El Consejo de Gobierno puso ayer fin a más de dos años de intensos trabajos para revisar el plan de gestión del lobo, que desde ayer ya cuenta con un nuevo documento en la región, donde habitan unas 30 manadas, con una ligera tendencia al alza.

El nuevo plan es, según el Principado, una herramienta que permitirá cumplir la obligación legal de mantener la población del lobo en un "estado de conservación favorable", tal y como establece la directiva Hábitats, y compatibilizar ese mandato con la necesaria garantía del desarrollo ganadero. Y, todo ello, "con un mayor grado de eficacia por parte del personal encargado de esta tarea", según fuentes del Ejecutivo regional.

Una de las novedades es que en las reservas regionales de caza podrán abatirse ejemplares de lobo en las cacerías legalmente autorizadas de otras especies. Estas actuaciones prevén la colaboración voluntaria de cazadores, siempre bajo supervisión del personal de la guardería. Los cazadores no podrán quedarse, en ningún caso, con resto alguno de los ejemplares capturados. El plan favorecerá el desarrollo de un censo real de la especie en cada zona de gestión y el control de su distribución en manadas e individuos flotantes, además de vigilar el comportamiento predatorio de cada grupo, con el objetivo de elevar la eficacia sobre los ejemplares que originan daños al ganado.

El texto establece que el Gobierno del Principado deberá desarrollar un reglamento de tramitación de los daños ocasionados por la fauna silvestre. Además, en colaboración con los ayuntamientos, diseñará un programa de erradicación de los perros asilvestrados que incluirá indemnizaciones por los perjuicios a los ganaderos.

También prevé medidas para agilizar la tramitación de estas indemnizaciones. Uno de los objetivos a alcanzar es un plazo máximo de 15 días en el pago cuando exista acuerdo entre el Gobierno del Principado y el damnificado o, en caso contrario, que el expediente se resuelva en un plazo máximo de 45 días. En el parque nacional de los Picos de Europa se aplicará lo dispuesto en las normas de este espacio protegido. El nuevo plan de gestión contempla la realización de controles de población del lobo "allí donde su presencia comprometa la viabilidad económica de las explotaciones agropecuarias, teniendo como prioridad reducir lo máximo posible los daños por ataques de esta especie", indica el Principado. Un objetivo para el que se promoverá "el máximo consenso con los ayuntamientos y todos los sectores afectados -entre ellos, ganaderos y cazadores- para que las medidas que se lleven a cabo sean producto de un amplio debate y acuerdo entre las partes", subraya el Ejecutivo autonómico.

El texto se presentó ante la Junta General del Principado para lograr el mayor consenso posible. Se ha mantenido la consideración del lobo como especie no cinegética "por razones de coherencia con nuestra legislación de caza", indica el Principado.

Además, se mantiene que la compensación de los daños ocasionados por las especies de fauna silvestre no susceptibles de aprovechamiento cinegético corresponde a la Administración autonómica. El plan del lobo se revisará de nuevo a los cinco años de su aprobación. A pesar del largo debate, el documento aprobado ayer no contenta a todas las partes implicadas.

Apoyo a razas autóctonas

El Consejo de Gobierno autorizó ayer, por otra parte, destinar 1,2 millones de euros a los convenios de colaboración con las asociaciones de razas autóctonas para apoyar su cría, el mantenimiento del libro genealógico y el desarrollo del programa de conservación. Las principales cantidades irán al vacuno autóctono y a razas como la asturiana de los valles, frisona y asturiana de la montaña, así como los criadores de asturcones.

La Asociación Española de Criadores de Ganado Vacuno Selecto de Asturiana de los Valles (Aseava) recibirá 481.667 euros, mientras que a la Cooperativa Asturiana de Control Lechero (Ascol) le corresponden 435.000 para el desarrollo de un programa de mejora genética de la cabaña de raza frisona. Además, se beneficiarán de la línea de ayudas la Asociación Española de Criadores de Ganado Vacuno de Asturiana de la Montaña (Aseamo), la Asociación de Criadores de Ponis de Raza Asturcón (ACPRA) y las asociaciones de Criadores de Oveya Xalda de Asturias (ACOXA), de Gochu Asturcelta (ACGA), de Criadores de Cabra Bermeya (Acriber) y de Pita Pinta Asturiana (ACPPA).

La estrategia para el medio rural, presentada la pasada semana, define como elemento clave del desarrollo agroganadero los llamados sistemas agrarios de alto valor natural.