El precio medio de la leche que percibió el ganadero asturiano en febrero fue de 35,60 euros por cien litros, un 11 por ciento menos que el mismo mes en 2014, según datos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI). La caída, la mayor de los últimos veinte meses, se registró cuando todavía estaban en funcionamiento las cuotas lácteas en la región. Los sindicatos creen que el dato es demoledor y prevén bajadas más acusadas para los próximos meses, puesto que ahora el profesional puede producir tanta leche como sea capaz. "La situación va a ir peor y los precios van a caer más", vaticina Mercedes Cruzado, secretaria general de COAG Asturias.

Para Cruzado, este llamativo dato se debe a una "estrategia de la industria", que en los meses previos a la entrada del nuevo sistema de liberalización ya redujo los precios para evitar perdidas. De hecho, en enero, la caída también fue importante , del 10,8 por ciento, si se compara con el año anterior. "Las empresas tienen que tener en cuenta que, si caemos los ganaderos, ellos también", destaca Cruzado, que cree que esta tendencia negativa puede deberse también al aumento de producción en Galicia en los últimos meses.

Este mismo argumento lo utiliza Joaquín López, secretario general de la Unión de Campesinos Asturianos (UCA): "Hubo muchos ganaderos de la comunidad vecina que antes del fin de las cuotas ya empezaron a producir más de la cuenta y eso ha podido influir en la región", razona.

Ramón Artime, presidente de ASAJA en Asturias, considera que la bajada es "significativa", pero insiste en que no debe cundir el pánico. "Posiblemente ahora se produzcan más subidas y bajadas, pero eso no nos tiene que asustar", sostiene. Artime achaca la bajada a la entrada de producto extranjero. "España es deficitaria de leche y lo que desestabiliza siempre al mercado es la llegada de artículos internacionales", agrega.

Para Xuan Valladares, portavoz de la plataforma "Asturias ganadera", los datos del SADEI son "obvios", dada la situación actual y opina que el sector en Asturias "se va ir al garete". Valladares pide un plan de adaptación que garantice la supervivencia de pequeñas explotaciones.