El "Brexit" complicará la legislación alimentaria entre el Reino Unido y la UE. Los aspectos más afectados en las relaciones entre Reino Unido y la Unión Europea serán el etiquetado de alimentos, el control oficial, los sistemas de alerta rápida y la importación y exportación de alimentos.

La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea dará lugar a relaciones más complejas a la hora de vender los productos alimenticios en el Reino Unido. Los expertos hablan ya del retorno a un escenario en el que la legislación alimentaria de aplicación en las materias primas y productos acabados destinados al Reino Unido será diferente de la exigible en la Unión Europea de los Veintisiete, con la complejidad que esto supone.

Desde el 13 de diciembre de 2014 la UE aplica una legislación común en el etiquetado de alimentos. Ahora podría ser que aparezcan nuevos requisitos por parte de las autoridades británicas, con la consiguiente dificultad a la hora de trabajar con los etiquetados multilingües. Los mismos expertos estiman que los británicos irán más en la línea de adoptar una regulación similar a la de Estados Unidos.

La marcha del Reino Unido también dejará al país fuera del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (RASFF). Londres tendrá que plantear qué sistema de alertas rápidas pondrá en marcha y cómo se coordinarán con el RASFF.