El veneno más utilizado para controlar las plagas de ratas toperas perjudica a las aves rapaces. Así lo revela un estudio, en el que participan investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales, dependiente del CSIC. El trabajo se centra en el empleo de la bromadiolona, un anticoagulante muy extendido en España para combatir la superpoblación de este roedor y, sin embargo, prohibido en Asturias. La investigación apunta que el rodenticida podría incrementar las tasas de mortalidad de los cernícalos y, a la larga, también las de otros depredadores naturales.

Esta conclusión fue precisamente la que llevó a la consejería de Desarrollo Rural a prohibir recientemente el uso de venenos para combatir la plaga, especialmente dañina en cultivos de Sariego y Nava. A cambio, el Principado concede indemnizaciones a los agricultores y exige la instalación de perchas y nidales para el asentamiento de aves.