Compacto, ligero, habitable y aerodinámico son algunas de los cualidades del nuevo Peugeot 208, un modelo con el que la marca francesa del león pretende un cambio de época. Configurado bajo arquitectura de carrocerías de 3 y 5 puertas, y longitud de 3,96 metros, el 208 heredero de la saga 205, 206 y 207, ofrece una nueva generación de motores de 3 cilindros de gasolina, que al igual que los motores e-HDi, aprovechan el know-how y la innovación tecnológica del Grupo en materia de motorizaciones.

La parte delantera, auténtica firma genética, desvela un nuevo rostro, particularmente carismático. La mirada felina se interpreta de una manera más moderna, rica y refinada con los diodos LED y la guía luminosa que pone de relieve la «mirada» de las ópticas, tanto de día como de noche.

La parrilla, por su parte, se ha moldeado como si fuera una auténtica escultura aérea. En efecto, parece que se desprenda de la carrocería y que flote en el aire, con su marco cromado cincelado con precisión.

Las dimensiones del 208, en especial la anchura (-2 cm) y la altura (-1 cm respecto al 207), sus volúmenes, particularmente trabajados, el cuidado con que se ha realizado cada uno de sus detalles (carenados inferiores, alerón trasero en determinadas versiones?) permiten una optimización máxima de la aerodinámica. Las mejores versiones consiguen así un Cx de 0,29.

El voladizo delantero reducido (-6 cm con relación al 207) y el voladizo trasero más corto (-1 cm) tienen como primeros beneficios mejores proporciones de diseño, más agilidad y más movilidad en el ámbito urbano. El 208 más ligero pesa 975 Kg casi 175 menos que el 207.

Una distancia entre ejes idéntica a la del 207, respaldos de los asientos delanteros más compactos y optimización global del desarrollo permiten una habitabilidad trasera sensiblemente más generosa para los pasajeros (+ 5 cm de espacio) así como un maletero más grande: 311 litros bajo la bandeja

El 208 tiene airbags frontales, laterales delanteros, de cortina, y anclajes Isofix de tres puntos en las plazas traseras.

En el interior, el diseño del salpicadero mezcla líneas maestras que son, a la vez, aéreas y gráficas. La apuesta por la calidad se percibida pues es omnipresente y el cuidado por los detalles, una obsesión, como se demuestra en los aireadores en los extremos del salpicadero, en forma de ojo de felino o en los numerosos elementos «conformados» que recuerdan a algunos detalles del diseño exterior.

La instrumentación es muy tecnológica, valiéndose de instrumentos analógicos, y pantalla digital donde la velocidad está siempre visible, y juegos de retroiluminación.