La recarga de un vehículo eléctrico será posible realizarla sin cables de conexión a la red. Así se desprende del resultado de un proyecto de investigación avanzado que ha estudiado las posibilidades de carga inductiva para vehículos eléctricos. Los resultados del estudio avalado por Volvo demuestran que esta tecnología para la transferencia de energía a través de un campo electromagnético presenta un futuro prometedor.

La carga inalámbrica usa un campo electromagnético en vez de un cable que transfiere la energía entre ambos objetos. Una bobina de inducción crea un campo electromagnético alterno desde una estación de carga base. Una segunda bobina de inducción en el dispositivo portátil recoge la energía desde el campo electromagnético y lo convierte en energía eléctrica que carga la batería.

La tecnología es común en aparatos eléctricos domésticos, como cepillos de dientes, pero aún no está disponible para carga de coches eléctricos.

Con la carga inductiva simplemente se coloca el coche sobre un aparato de carga y la carga comienza automáticamente, lo que se traduce en uno de los factores que más pueden incrementar la aceptación por los consumidores de los vehículos eléctricos

El proyecto de investigación completo, que incluía la carga inductiva para coches y autobuses, fue iniciado por Flanders Drive, centro de estudios de la industria del automóvil en la región de Flandes (Bélgica). Volvo fue la marca encargada de suministrar el coche para el proyecto de carga inductiva, un C30 eléctrico con una potencia de 89 Kw (120 c.v.).

Los tests demostraron que el Volvo C30 eléctrico puede ser completamente cargado sin un cable de energía en 2,5 horas.