Langreo,

J. A.VEGA

Poesía, diálogos y confidencias se dieron la mano en la presentación de libro «Armadura de azúcar» de la escritora asturiana Esperanza Medina. El acto, celebrado en la Casa de Cultura «Alberto Vega» de La Felguera, estuvo organizado por la asociación Cauce del Nalón en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. Esperanza Medina fue presentada por el escritor Javier García Cellino que describió su poesía como un estilo sencillo, pero en absoluto simple en el que destacan la fragilidad y la fugacidad entendida como una constante sorpresa del existir.

García Cellino comentó además, que el libro está muy estructurado y elaborado, desde el título hasta la división en tres capítulos (luz, agua y viento) y un epílogo con un canto a la vida. Para él, «no hay impostura en la poesía de Esperanza Medina, nunca bordea los límites de la decepción y la amargura».

También destacó que su trabajo es frágil pero resistente y en él aflora el yo femenino. Y finalizó sus palabras sobre la autora señalando que hace «una poesía de sentimientos, a veces de las ideas, pero sobre todo un poesía de la mirada», una visión sobre el mundo etéreo, fugaz y esencial.

Para Esperanza Medina, colaboradora de LA NUEVA ESPAÑA, «Armadura de azúcar» pretende ser la búsqueda de uno mismo a través de las relaciones amorosas, desde el momento de la euforia al desencuentro. En ese recorrido por las relaciones hay una respuesta final que es un único poema titulado «Canto a la vida» que representa el camino para llegar a quererse. También comentó que el epílogo explica un en cierta medida el título del poemario porque la apariencia dura y protectora de la armadura de azúcar demuestra su fragilidad «cuando se viene abajo con una simple lágrima de amor».

Medina siempre escribe pensando en el diálogo «tú y yo» con el lector por eso están escritas en primera persona y se lanzan a un tú como «pequeñas confidencias». Confesó que piensa en cada uno de los que la lee y por eso los poemas son «diálogos de confidencia en voz baja en los que el lector pone sus propias experiencias y completa los poemas». Ese es el motivo por el que apenas describe situaciones ni paisajes ni usa muchos adjetivos.

Los temas que aparecen en sus poemas no están basados en vivencias sino en experiencias, en las cosas que se plantea y cómo reaccionaria ante determinadas cuestiones. Por eso, dijo Esperanza Medina, que «autobiográficas son las cosas que siento y pienso, no necesariamente lo que vivo».