El Condao, M. Á. G.

Las cenizas de Manuel Alonso, Manolín el de Llorío, el último maquis de las Cuencas, ya reposan para siempre en una de las cuevas que le dio refugio en su época de guerrillero. Medio centenar de familiares, amigos y compañeros de IU y el PCE, trasladaron los restos del ex guerrillero antifranquista hasta la cueva del Rapusu, en el picu La Peruyera, próximo a El Condao.

Allí se celebró un emotivo acto en el que se glosó la figura de Alonso, fallecido a los 93 años. Después un familiar arrojó sus cenizas en las inmediaciones de la cueva. También se depositaron varias rosas rojas junto a la urna como último gesto de despedida. Manolín del de Llorío se echó al monte en 1937 tras la caída del frente en Asturias durante la guerra civil. Combatió a las tropas franquistas como guerrillero hasta 1945, cuando fue capturado. Después pasó dos décadas en diferentes prisiones.