Langreo,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

El soterramiento de las vías de Feve en Langreo no sólo está paralizado a pie de obra. También está estancado en los despachos, a la espera de que el Gobierno regional tome una decisión definitiva sobre qué tipo de tren circulará por el futuro falso túnel entre Sama y La Felguera. El Principado ya ha manifestado su rechazo al tren-tran, un proyecto aprobado por el anterior Ejecutivo socialista y por los alcaldes con una inversión de 140 millones y que también cuenta con la oposición de los sindicatos mineros. Si finalmente se desestima el tranvía, habrá que adaptar los gálibos y la inclinación de las rampas de acceso al túnel a un tren convencional. Estas variaciones técnicas, que no han sido abordadas aún en el plan del obra, son clave para concretar las dimensiones definitivas que tendrá el futuro paso subterráneo.

La alcaldesa de Langreo, Esther Díaz, mostró su inquietud ante el hecho de que todavía no haya una decisión técnica sobre las alturas del túnel. «La definición de gálibos y pendientes es básica para que avance la obra, es imprescindible definirlos y marcarlos», indicó la regidora, para añadir a continuación: «Se trata de una problemática compleja porque se está trabajando sobre la casa de un tercero, que es Feve, y tiene que haber una toma de decisiones y acuerdos con el proyecto. El Principado y la directora del proyecto son quienes tienen que decidir que gálibos y pendientes hay; lo que sí sé, por los trabajos técnicos con nuestra oficina, es que siempre se habló de que había que definir esos parámetros».

En la misma línea, Díaz instó al Principado a definir qué tipo de infraestructura ferroviaria quiere para que pueda desarrollarse la obra. La regidora langreana precisó que el tipo de convoy que se elija no sólo afectará a la altura del túnel y la inclinación de las rampas. «También influye en la rotonda de acceso a La Moral, otro proyecto financiado con fondos mineros. Tenemos todos los estudios hechos, aunque la definición final depende de la obra de soterramiento».

La supresión del corsé ferroviario en Langreo cuenta con una inversión de 54 millones procedente de fondos mineros. El plan de ajuste presupuestario del Principado incluye la «reprogramación» de una partida de 300.000 euros del soterramiento, aplazada al próximo ejercicio, de la parte que aporta el Gobierno regional. Los trabajos quedaron paralizados este mes de forma indefinida (antes hubo otro parón en septiembre) debido a los impagos a la adjudicataria, la UTE formada por Comsa y Contratas Iglesias, esta última en preconcurso de acreedores actualmente.

La alcaldesa langreana manifestó que «no cabe duda de que el Principado tiene que sentarse y controlar ese proyecto, tanto en su vertiente administrativa como en la ejecución y el proceso de acuerdos con Feve. Desde el Ayuntamiento estamos una vez más a disposición de las partes para lo que estimen oportuno a la hora de mejorar e impulsar la operación, sabiendo cada cual las competencias y obligaciones que tiene». Díaz también se refirió a los problemas que atraviesa la adjudicataria. «No sé cómo afectará la situación de Contratas Iglesias a la UTE», subrayó la alcaldesa, para resaltar que «Comsa es una empresa a día de hoy muy solvente y con amplia experiencia». Díaz recalcó, asimismo, que los 54 millones consignados para el soterramiento corresponden exclusivamente a la estructura de la obra civil, el falso túnel y la losa superior que lo cubrirá. «A mayores hay que completar las tripas, por decirlo así, con la infraestructura ferroviaria y la urbanización del terreno liberado. Eso tiene que tener una financiación distinta; se trata de una segunda parte que tiene que definir la mesa de la minería y que espero defina cuanto antes», apuntó.

El rechazo del Principado al tranvía se produce a pesar de que ya se han gastado cinco millones de fondos mineros en realizar proyectos de integración ferroviaria en las Cuencas y de que Feve ya tiene en construcción cuatro unidades especiales planificadas para circular por la línea Gijón-Pola de Laviana, con una inversión de casi 22 millones de euros. Fuentes de Feve aseguraron el mes pasado que no se frenará el encargo y que, si finalmente el tranvías no se hace, los convoyes pasarían a formar parte del parque de material móvil de la compañía o serían utilizadas en otras líneas.