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Guía para crear ciudad

El geógrafo Aladino Fernández aboga por "modernizar" las barriadas, generar espacios verdes en los polígonos y derribar los edificios en ruinas de las laderas para fijar población

La zona verde que separa el área residencial del polígono de Riaño F. RODRÍGUEZ

La comarca del Nalón debe retocar su imagen si quiere resultar atractiva para fijar población y competir con territorios como Oviedo, Gijón, Siero o Llanera. Tras varias décadas en las que la pujanza de la actividad minera y siderúrgica fue el principal imán para captar vecinos y con un truncado proceso de reconversión que por el momento no ha logrado recomponer el tejido económico perdido, los municipios del Valle (y las Cuencas por extensión) deben tratar de estimular su tirón residencial con actuaciones urbanísticas y medioambientales, con el objetivo de poner freno a la sangría demográfica. Así lo expone el exalcalde de Langreo y profesor de Geografía de la Universidad de Oviedo, Aladino Fernández, que, entre otras propuestas, aboga por intervenir sobre las edificaciones abandonadas en las zona de ladera, recuperar las barriadas, crear zonas verdes en los polígonos, mejorar los equipamientos, potenciar la red de paseos urbanos y dar más protagonismo al río Nalón.

Parte de los problemas urbanísticos de la comarca vienen motivados, a juicio de Fernández, por un modelo de desarrollo surgido a mediados del siglo pasado que estaba basado en criterios "segregacionistas" -con viviendas en el centro urbano para las clases medias y altas, y el desplazamiento a la periferia de la clase obrera- y que se ha quedado "caduco". Dos elementos herederos de esa ordenación son las construcciones de ladera y las barriadas. "Hay muchas edificaciones de autoconstrucción que proliferaron en las décadas de los años cincuenta y sesenta y que abundan especialmente en Langreo y San Martín del Rey Aurelio. También hay muchas caseta de aperos rudimentarias".

"Buena parte de estas construcciones" -prosigue el exalcalde de Langreo- "están abandonadas y habría que intervenir sobre ellas, derribándolas si están en ruinas como sucede con los edificios de la zona urbana. Se conseguiría mejorar el impacto estético y habilitar espacios para viviendas unifamiliares".

En el caso de las barriadas, Fernández aboga por su "integración" en el entramado urbano y su "modernización". "Hacen falta inversiones para actuar en la mejora estética de los bloques residenciales, pero también hace falta mejorar los accesos y los equipamientos, por ejemplo, con más centros sociales para mayores porque buena parte de la que gente que vive ahora en las barridas es una población envejecida. En los barrios que ya están abandonados en su mayor parte podría plantearse alguna intervención a mayores, con traslados o derribos, como en su día se hizo con las barriadas de Meriñán o El Pilar en Lada". Para Fernández, potenciar los equipamientos para personas mayores es una necesidad extrapolable a toda la comarca por ese alto grado de envejecimiento. No obstante, también deben incrementarse las instalaciones culturales, deportivas y recreativas para adultos jóvenes y niños porque "lo contrario sería negar el futuro. Lo que hay que hacer es revisar esas proporciones porque el segmento de población mayor de 65 años es mucho mayor que antes".

El aprovechamiento de las zonas próximas al río Nalón es otra de las ideas planteadas por el geógrafo. "Hay espacios como los antiguos talleres de Duro en La Felguera que pueden hacer que la ciudad, que siempre vivió de espaldas al río, se abra a él. Son unas zonas que pueden acoger nuevos equipamientos". Extender la red de paseos urbanos, aprovechando en algunos casos los trazados de los antiguos ferrocarriles mineros, también está en la lista de propuestas. "Podría llegar a conectarse, por ejemplo, la estación de El Cadavíu, del ecomuseo, con Ciaño y, través del paseo fluvial, llegar hasta La Felguera", indicó.

Fernández apuesta, además, por crear espacios verdes entre los polígonos próximos a las zonas urbanas y los núcleos de población. "Hay un ejemplo así en el polígono de Riaño, donde existe una zona verde de usos deportivos que separa el área industrial de la residencial". También aboga el profesor universitario por facilitar "una vivienda asequible, bien radicada y con buenos equipamientos que permita competir con núcleos como Siero o Llanera o incluso Gijón y Oviedo".

El gran problema para poner en marcha estas medidas es la financiación, que debe ser supramunicipal. "Los ayuntamientos hace bastante con intentar mantener los servicios; no pueden afrontar estas inversiones. Y con los fondos mineros el territorio no terminó de activarse como debiera", explicó Fernández. Y añadió: "Lo importante sería preparar el terreno para cuando la situación económica cambie".

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