Navia de Suarna,

T. CASCUDO

El viejo proyecto para la construcción del embalse de Suarna ha salido a la luz después de décadas paralizado. La obra afectaría directamente a los concejos gallegos de A Fonsagrada y Navia de Suarna, y sería el cuarto embalse de la cuenca del Navia, que ya cuenta con los de Grandas, Doiras y Arbón, en territorio asturiano.

De hacerse realidad, pese a que no afectará a explotaciones agrarias ni a poblaciones, el embalse dejará sepultado bajo las aguas un territorio con gran valor natural. Muchas de las rutas de senderismo de estos concejos, así como la ferrería de Cuíña -la mayor de la zona- y la playa fluvial fonsagradina, desaparecerían bajo las aguas.

Los ecologistas asturianos se oponen a esta obra porque supone la anegación de tierras incluidas en el lugar de interés comunitario (LIC) de Los Ancares-Caurel. Añade la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies que «no se puede olvidar que esta zona está incluida dentro de la recién denominada Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón».

El concejo de A Fonsagrada acogería la presa, y Navia de Suarna la cola del nuevo embalse, cuya construcción anegaría los terrenos situados por debajo de la cota de 289 metros.

La presa tendrá una capacidad de 123 hectómetros cúbicos, algo más que el embalse de Doiras, con 119; el triple que Arbón, con 83, y la mitad del de Grandas de Salime, que tiene capacidad para 266 hectómetros cúbicos. El caudal embalsado ocupará una superficie de 1.065 kilómetros cuadrados, que afectará a unos quince kilómetros en línea recta, distribuidos entre los municipios lucenses de A Fonsagrada y Navia de Suarna y el concejo asturiano de San Antolín de Ibias.

Para los ecologistas, este nuevo embalse «nos sigue convirtiendo en reserva energética, y exportamos energía a cuenta del paisaje y del paisanaje».

Concluye la organización ecologista que «este embalse alterará el territorio, su morfología y su paisaje».