Oviedo

Hay famas que vienen asociadas y de las que los pueblos no están orgullosos. Esto es lo que le pasa al concejo de Grandas de Salime con Manuel Medero, el ex secretario municipal que sustrajo de las arcas del Ayuntamiento 188.000 euros en el año 2002, un dinero que todavía no se ha recuperado.

El pequeño y tranquilo pueblo del Occidente interior veía sus horas pasar tranquilas y vivía a base de la agricultura, la ganadería y los primeros turistas que se dejaban caer por la zona atraídos por el valor de su cultura castreña y por el filón derivado del Museo Etnográfico de Grandas de Salime. Pero en mayo de 2002, el nombre de Grandas de Salime saltó a la fama de la mano de Manuel Medero, que fue denunciado, por el entonces alcalde del PP, José Cachafeiro, por un presunto desfalco. El Alcalde aseguró entonces que una trabajadora del Ayuntamiento le había alertado de que había facturas pendientes de pago desde hacía meses, un hecho que a él le extrañó, ya que el Consistorio grandalés tenía las cuentas saneadas.

Por este motivo el regidor pidió al secretario un informe de las cuentas municipales pero, según explicó Cachafeiro, Manuel Medero le dijo que no podía hacérselo, porque esos días estaba «muy ocupado». Aprovechando unos días de ausencia del funcionario municipal, el Alcalde repasó las cuentas municipales y se encontró con que se había cobrado talones y que su importe no se había ingresado en las cuentas que el Ayuntamiento tenía abiertas en diferentes entidades financieras. Días después, Cachafeiro insistió y volvió a pedir al secretario un informe detallado de los ingresos municipales, pero los datos que Medero facilitó al Alcalde no eran reales. Grandas de Salime había perdido 188.000 euros entre las operaciones que el secretario había hecho desde el Ayuntamiento y el Alcalde denunció ante la Guardia Civil y la Policía Judicial los hechos. Dos días más tarde el secretario solicitó la baja laboral por depresión.

La noticia cayó como un jarro de agua fría en la vida de los grandaleses y las acusaciones entre los partidos empezaron a ser continuas. El PSOE y el PAS acusaron a los populares de no haber estado a la altura en este caso y en 2004, de manera conjunta, los dos partidos presentaron una moción de censura que culminó con el cese de Cachafeiro en la alcaldía, un testigo que tomó el socialista Eustaquio Revilla, que continúa en el cargo.

El PSOE y el PAS siempre han defendido que si los pagos del Ayuntamiento se hubiesen llevado a cabo mediante transferencias bancarias «nada de esto habría pasado» y además, creen que el PP «debería haber pedido disculpas públicas por su negligencia en las gestiones municipales». Medero fue expulsado del cuerpo de funcionarios.

Han pasado seis años desde aquel suceso y la historia sigue coleando en Grandas de Salime, aunque parece que la situación va camino de resolverse en los próximos meses. Al menos, así lo vaticina el alcalde, el socialista Eustaquio Revilla.

En noviembre de 2006 las dos partes -el Ayuntamiento y el ex secretario-, llegaron a un acuerdo mediante el cual Manuel Medero devolvería el importe íntegro del desfalco al Ayuntamiento de Grandas, en total 188.000 euros, más las costas del proceso. La negociación partió del abogado del ex secretario que se puso en contacto con el defensor del Ayuntamiento para intentar llegar a un acuerdo.

El Consistorio de Grandas de Salime aceptó la propuesta porque lo que importa al Ayuntamiento, según manifestó de aquella el Alcalde, es «recuperar el dinero perdido».

Ahora todo está en manos del Tribunal de Cuentas del Estado, pero, según ha podido saber este periódico, el abogado del Ayuntamiento confía que en los próximos meses el pago podría hacerse efectivo.

Si todo sale según lo previsto, el ex secretario de Grandas de Salime, que ahora se encuentra retirado por enfermedad, saldará su deuda con el Ayuntamiento en los próximos meses. Un capítulo que quedará zanjado después de seis años de disgustos, en los que no sólo ha salido mal parado el ex secretario, sino también los que por aquel entonces eran la cabeza visible del Ayuntamiento y que quedaron relegados a un segundo plano. Cachafeiro volvió a presentarse a las elecciones pero no contó con el apoyo del pueblo, que sigue mirando con recelo la gestión municipal.

Los habitantes del concejo quiere que las cuentas del Ayuntamiento sean transparentes como el cristal y luchan por no volver a verse involucrados en un caso de este tipo que les hizo famosos, sin quererlo. El día que Medero devuelva su deuda, Grandas volverá a respirar tranquilo y a preocuparse por su paisaje, sus patatas, sus castañas y sus museos, por la esencia de un pueblo que lucha por sobrevivir.