Oviedo,

María José IGLESIAS

La primera planta de transformación de residuos de biomasa forestal de Asturias ya está en marcha. Si se cumplen las previsiones, la fábrica del polígono de La Curiscada (Tineo) se terminará a finales de año. Tras dos meses de prueba, entrará en funcionamiento en primavera, según señala Luis Enrique García, presidente de Asmadera y gerente de una de las cinco empresas que abanderan el proyecto.

La iniciativa está promovida por Tinastur, Asemafe, Canastur, Maderas García Hermanos, Maderas Navelgas y la Federación Asturiana de la Energía (Faen). Las empresas se han comprometido a aportar la materia prima para la planta.

Las instalaciones ocuparán una superficie de 13.000 metros cuadrados con dos parcelas, una de la segunda fase del área industrial y otra de la tercera. La fábrica se encuentra en las proximidades de la planta de Cafés El Gallego.

El inicio de los trabajos ha sufrido unos meses de retraso, pero ya es una realidad. La planta elaborará pellets -las pastillas elaboradas con residuos de biomasa forestal que sirven de combustible a las calderas- y astilla deshidratada, que también se emplea directamente en calderas adaptadas.

La producción anual estimada será de 40.000 toneladas al año de producto deshidratado. De ellas, unas 15.000 -alrededor de un cuarenta por ciento- se consumirán en Asturias. El resto se exportará. Eso será al principio.

García confía en que la progresiva implantación de calderas de biomasa en la región haga subir el consumo en los próximos años. La fábrica dará salida a la demanda asturiana. Los pellets que se utilizan en la región ahora mismo llegan casi en su totalidad de Portugal.

Los pellets deben cumplir unos estándares de calidad. La corteza no sirve. Para conseguir la mejor consistencia hay que recurrir a las coníferas. Los empresarios pretenden lograr una certificación de calidad para el producto fabricado en la planta. El objetivo es prestigiar el biocombustible asturiano en un mercado que va al alza.

En la nave se instalará maquinaria de secado suiza que cumple con las normas de emisión más restrictivas de Europa. El sistema consume poca energía para llevar a cabo el secado. Ese tipo de máquinas aún no se ha instalado en ninguna fábrica española.

La demanda de pellets crece en la región. Al uso de biomasa se apuntan ayuntamientos, establecimientos hosteleros y particulares. Uno de los ejemplos es la comunidad de más de 400 vecinos, en el barrio ovetense de Buenavista, que hace un año cambió las antiguas instalaciones de gasóleo por calderas de biomasa fabricadas en Alemania. El presidente de Asmadera no pasa por alto las dificultades con las que se encuentran las industrias madereras para conseguir la materia prima para los pellets en el monte. «Hay que tener las infraestructuras necesarias», señaló, «y en este ámbito es necesario el apoyo del Principado, de la Federación Asturiana de Concejos y de los ayuntamientos», recalcó.

García calcula que las alrededor de 200 empresas asturianas del sector se gastan al año unos 2 millones de euros en habilitar pistas para sacar la madera.

Las energías renovables son el futuro, según una opinión cada vez más extendida. Y ese convencimiento, que sustenta la política energética de la Unión Europea, gana fuerza en Asturias. Las más de 300.000 hectáreas de masas forestales de Asturias generan 200.000 toneladas anuales de restos de biomasa. El gran reto es hacerlas rentables y transformarlas en puestos de trabajo es el gran objetivo.

Ciclo de producción

La fábrica de La Curiscada empleará residuos forestales de las cinco empresas madereras que sustentan el proyecto.

Previsiones

Se elaborarán 40.000 toneladas anuales de pellets y astilla deshidratada.

Consumo

El 40% de la producción se venderá en Asturias -unas 15.000 toneladas-. El resto se enviará fuera. Asturias se abastece ahora en Portugal.

Perspectivas

Los promotores del proyecto son optimistas en cuanto a la evolución del consumo de este producto en la región.

Cambio climático

La biomasa es una de las formas limpias de energía que promueve la UE para luchar contra el cambio climático.