Navia,

T. CASCUDO

«El asunto eólico no genera controversia en Asturias, la aceptación que está teniendo es algo sorprendente». El autor de estas declaraciones es el portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias, Fructuoso Pontigo, que el sábado participó en Navia en un debate sobre la progresiva implantación de eólicos en el Occidente. En la sesión, organizada por el colectivo «La Casa Azul», se puso de manifiesto la soledad de las agrupaciones ecologistas como único obstáculo a los planes eólicos del Principado. Desde el Gobierno regional, rehusaron la invitación al acto por problemas de agenda.

El portavoz de Ecologistas en Acción, Paco Ramos, aseguró que esa falta de interés vecinal se debe en parte a la distancia que existe entre el producto -entendido como electricidad- y el daño que produce en el territorio -que suele estar lejos-. «Mucha gente dice eso de que en su casa es todo limpio y están rodeados de aparatos eléctricos», explicó. Ramos y Pontigo compartieron mesa con un portavoz de Amigos de la Naturaleza Asturiana (ANA), el presidente de la Asociación de Turismo Sostenible y empresario turístico, Miguel Trevín, el Alcalde de Santa Eulalia de Oscos, Antonio Riveras (IU), y el biólogo Pedro Mar Herrera. El debate, celebrado en Navia y seguido por medio centenar de personas, se prolongó durante más de dos horas.

Pontigo expuso que hasta la fecha Asturias cuenta con trece parques instalados y noventa y cinco más previstos y en trámites. «Es algo completamente inaceptable y si los vecinos no toman conciencia, estamos apañados», zanjó. Los parques en previsión plantean la colocación de 1.455 aerogeneradores en total, de los que 1.425 estarán ubicados en el Occidente. Esta masiva implantación es para el portavoz de la Coordinadora Ecologista «un exceso total, una colonización del territorio desfasada».

Miguel Trevín coincidió con Ramos y Pontigo en esa falta de lucha vecinal contra los eólicos y lo justificó en que «el carácter de la gente aquí no es tan notoriamente luchador como en la del centro o el Oriente». No obstante, a renglón seguido, añadió que en Oscos-Eo sí que existen voces que se oponen. «Realmente contra lo que luchamos no es contra la energía eólica sino contra la ordenación que se está haciendo del territorio», matizó.

En Oscos-Eo el primer eólico en instalarse ha sido el de Grallas (Villanueva de Oscos), que se construyó en los alrededores de los yacimientos tumulares de la Garganta. Por eso Trevín duda de que ninguno de ellos resultara dañado durante las obras mientras puso de manifiesto el «brutal» impacto que genera este parque. Trevín criticó también que se promuevan estas instalaciones buscando justificación en el empleo, ya que «un hotel pequeño de doce habitaciones da en los Oscos más puestos de trabajo que el parque de la Bobia que es el que más produce de Asturias». En la misma línea se expresó el Alcalde de Santa Eulalia, quien dijo que la construcción de parques «no está solucionando ningún otro problema» y aseguró que detrás de todos ellos «hay una gran especulación de las industrias energéticas». Para Riveras, los eólicos no son tan buenos como se les vende ya que «en ninguna parque he visto grandes riquezas bajo todas esas torres, aunque nos intenten concienciar de lo contrario».

El más crítico de todos fue el portavoz de ANA, César Alonso, quien habló de la contaminación acústica y de los daños «más que evidentes» que producen en la fauna y la flora. Lo hizo mientras mostraba imágenes de los parques ya instalados en el Occidente como el de Penouta. Según Alonso, «no puede ser que se permita el desarrollo de un plan energético sin considerar si es lo más adecuado para la comarca».