Somiedo, A. M. SERRANO

Jordi Moya manifiesta una pasión por las arañas que pocos entenderán. Este joven catalán ya tenía claro con tan sólo 8 años que el mundo de los invertebrados era lo suyo, profesionalmente hablando. El científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (en la actualidad trabaja en la Estación Experimental de Zonas Áridas de Almería) se encuentra estos días en Asturias y el fin de semana pasado coordinó unas jornadas que se celebraron en Somiedo y que reunieron a expertos en arácnidos de toda España. Allí habló del canibalismo de las tarántulas, uno de sus campos de trabajo, de cómo los arácnidos trabajan en la naturaleza e, incluso, del cambio climático.

-¿Cómo intervienen los arácnidos en los ecosistemas?

-La forma más clara en que afectan a los ecosistemas es que hacen que nuestros cultivos sean verdes. Es una idea un poco especulativa, pero es así. Hacen que tengamos hierba. Los arácnidos se alimentan de plagas y, al comer las plagas, hacen posibles los cultivos. Además, si eliminásemos los arácnidos no se descompondría la hojarasca y los árboles no tendrían esos nutrientes que se descomponen en el suelo. Nos quedaríamos sin los bosques.

-¿Cuáles son sus líneas de investigación actuales?

-Estudiamos el papel de los arácnidos en la naturaleza, es decir, cómo contribuyen al reciclado de los nutrientes de los árboles. En un metro cuadrado podemos tener miles de ácaros, cientos de arañas. Eso forma una red compleja que interactúa de una forma difícil de predecir. Nosotros, los científicos, estudiamos cómo eso afecta a que el árbol, dentro de cien años, siga teniendo esos nutrientes en el suelo. Sin esta fauna, que hace que la hoja que cae del árbol vuelva a ser nutriente, no sabemos qué pasaría.

-¿Es Asturias una zona rica en arácnidos?

-En Asturias tenemos un gradiente pluviométrico muy grande, desde los 800 a los 2.000 mm, y estamos haciendo experimentos para ver cómo esa red tan compleja en la que se encuentran los arácnidos se ve afectada por la cantidad de agua natural, que, a su vez, se ve afectada por el cambio climático. Y la predicción es que el cambio climático hará que baje la pluviometría.

-¿Cómo afectará ese cambio a estos animales?

-Cuando hay restricciones de agua, algunos arácnidos están más inactivos y, si están más inactivos, el control de plagas va a una velocidad determinada y no a otra.

-¿Qué ocurrirá entonces si el cambio climático va a más?

-Son sistemas complejos y es difícil predecir qué va a pasar. El problema es que no lo sabemos y por eso lo investigamos. No soy climatólogo, pero, si empezamos a tener menos agua, habrá cambios impredecibles en las relaciones entre los animales, en la red de la que hablaba antes.

-¿Es Asturias un territorio con características propicias para el estudio de los arácnidos?

-Hay muchos, pero no peligrosos (risas). Sí. Es especialmente rica. La Cordillera Cantábrica tiene gran diversidad y esperamos tener un catálogo del parque natural de Somiedo. Desde los estudios del padre Pelegrín Franganillo Balboa no se hacía algo similar en esta zona. Es algo casi histórico. También queremos potenciar el interés por los arácnidos en Asturias.

-¿Es tan desconocido como parece el mundo de las arañas?

-Pues sí, aunque sea triste. Hay muchas cosas interesantes del mundo de las arañas que se desconocen.

-¿Por ejemplo?

-Pues que se desplazan volando. Sacan un hilo que, al ser arrastrado por el viento, cuando pesa suficiente hace un efecto cometa y, así, se pueden desplazar cientos de kilómetros. También sacan un hilo y con una mecánica de los péndulos muy eficiente aprovechan la gravedad para desplazarse boca abajo.

-Usted estudia el canibalismo en las tarántulas. ¿Cuáles son los últimos resultados de las investigaciones sobre esta conducta?

-Lo que ha evolucionado es la cautela en los machos. Se acercan a hembras vírgenes o cuando son menos agresivas o cuando son pequeñas o cuando observan determinadas condiciones morfológicas. De noche, las hembras son más agresivas y por eso se acercan más a ellas durante el día, les supone menos peligro. En la estación experimental de Almería hemos hecho muchas pruebas y hemos visto que el canibalismo sexual se da en la naturaleza, en las tarántulas, en una tasa alta. Es algo importante. Las hembras, cuando más machos hay, más los comen y es que tienen un beneficio alto al comérselos porque las presas naturales a veces no son suficientes para tener el máximo número de huevos y las crías de más calidad.

«Se desconoce que las arañas pueden desplazarse cientos de kilómetros volando»

«Asturias es especialmente rica en arácnidos, pero no son peligrosos»

«Esperamos tener pronto un catálogo de arañas del parque natural de Somiedo»