Menos demagogias y más matemáticas! Supongamos, para simplificar, que el carbón autóctono se paga a 200 euros la tonelada y el foráneo a ciento cincuenta (hay menos diferencia). El Estado tendría que pagar esos cincuenta. Ahora bien, detraigan de esos doscientos el IRPF (20%) y el IVA (15%). Serían setenta euros que el Tesoro Público recupera. Es decir, aún sale ganado veinte euros, sin contar la riqueza generada indirectamente. Cerrando las minas, por el contrario, no sólo van al paro los mineros. Van, además, los trabajadores de las empresas proveedoras y de servicios de las comarcas afectadas, que se despoblarán rápidamente. Más carga para la Seguridad Social y menos PIB. No puede estar más claro lo que le interesa al país. Lamentablemente, nuestros dirigentes no trabajan por nuestro futuro, sino por el suyo, y ese no estará, evidentemente, en la mina, sino, posiblemente, en el consejo de administración de alguna gran empresa.