En la pasada campaña autonómica, se aseguraba que la autovía de La Espina estaría concluida «en el horizonte de 2009». Se discutía si llevarla hasta Ponferrada o hasta Portugal. Pero en aquel momento la obra en servicio no llegaba a Grao. Pasados cuatro años, ni siquiera se sabe con certeza cuándo se van a reanudar las obras. Mientras tanto, buena parte de lo hasta ahora hecho camino de La Espina sirve de ruta para paseantes que tienen ante sí un inequívoco panorama que muestra la desconsideración y el abandono que sufre un territorio que se encuentra en manos de gentes que hacen de la falacia su discurso de cada día. Unos mienten y sólo aparecen por aquí cada cuatro años; otros conjugan de continuo el verbo desdecir y, aunque se ofrezcan para ponerse al frente de las protestas, lo que hacen es acallarlas y, de paso, genuflexiones cuando toca hacerse la foto con los visitantes que cortan alguna que otra cinta. ¡Qué asco!