Figueras (Castropol),

T. CASCUDO

El «tesón» o banco de arena de la ría del Eo amenaza con cegar el canal de navegación que comunica Castropol y Figueras. La situación es de sobra conocida por todos los ribereños del estuario que ahora disponen de un dato científico sobre su evolución: la arena del «tesón» avanza hacia Figueras a un ritmo actual de cinco metros por año. Es la información que manejan los expertos del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, Germán S. Flor y Germán Flor, padre e hijo. Ambos guiaron ayer la ruta entre Foz y Castropol incluida en la jornada de divulgación geológica «Geolodía» que promueve la Sociedad Geológica de España por todo el país.

La ruta, en la que participaron unas cuarenta personas, finalizó en torno a las dos de la tarde en el estuario del Eo, que ha sufrido grandes cambios desde 1994, cuando se ultimó la popular escollera del puerto de Ribadeo.

Explica el profesor Flor que la actuación ejecutada en Ribadeo perjudicó notablemente a Asturias, ya que hizo avanzar la línea de costa ribadense yretroceder el «tesón» hacia la costa asturiana. Así lo refrendan los datos, ya que en 1945 el canal de navegación que discurre paralelo a Figueras medía 279,98 metros, mientras que en la actualidad tiene unos 50 metros de ancho. «Es un avance monstruoso de la arena», precisa, y añade que resulta especialmente preocupante para el canal de navegación que comunica Castropol y Figueras.

Dice Flor que el dragado es «urgente», aunque también complejo. Lo explica con conocimiento de causa, ya que forma parte del equipo encargado de elaborar la pauta sobre la gestión del estuario, que guiará el dragado. Antes del verano está prevista una reunión con el Principado y con la Cofradía de Pescadores de Figueras para establecer el mejor criterio. «Hay que lograr un consenso entre todos, ya que estamos hablando de un proceso complejo», advierte.

Hay muchos aspectos a tener en cuenta. Uno es el dinero, pues de él dependen la cantidad de arena a extraer y la rapidez con la que habrá que abordar un segundo dragado. También hay que tener en cuenta la existencia de praderas de «Zostera marina» -de alto valor ecológico- muy próximas a la zona que habría que dragar y, por último, la existencia de parrillas de cultivo de moluscos abandonadas. En estas estructuras también se acumula arena, por lo que habría que estudiar su posible extracción, explica Flor.