San Antolín de Ibias,

Pepe RODRÍGUEZ

Cuando alguien llega a Ibias una de las primeras preguntas que realiza es «¿por qué El Pozo de las Mujeres Muertas se llama así?». Un nombre tan peculiar y llamativo siempre llama la atención. Al respecto existe una rica tradición de leyendas e historias, partiendo casi siempre de el nombre se debe a un horrible vendaval que causó una gran tragedia. Aunque también hay versiones más poéticas que hacen referencia al efecto que tiene la niebla en los valles del Valledor y del Ibias vistos desde arriba. Pero ahora se añade una nueva explicación, la etimológica.

El profesor Fernando Álvarez, de la Universidad de Oviedo, presentó en el colegio público Aurelio Menéndez, de San Antolín de Ibias, un trabajo sobre la toponimia del concejo y en él se explica que el término «muyeres», que da nombre al puerto, es probable que signifique «tierras fofas» y no haga referencia a mujeres, que en la zona se pronuncia más como «mucheres». El profesor no trata de imponer la visión etimológica del topónimo sobre la legendaria y popular, sino que quiere sumar con su nuevo trabajo.

El estudio ha sido realizado por los alumnos de las Facultad de Historia a pie de campo. Estuvieron alojados en la escuela-hogar de Ibias durante unos días y lo único que se les pidió es que la presentación del trabajo fuese en el propio centro, como así ha sido. María del Rosario Ruiz, profesora del Aurelio Menéndez, fue la encargada de presentar el acto y de encuadrarlo dentro del programa «Ibias: lenguas y culturas 2011».

Para completar la jornada se invitó a Xosé Antón Ambás, que deleitó a los presentes cantando «La canción del rosco», típica para abrir las bodas en la cultura tradicional de Ibias.

El resto del trabajo sobre la etimología del concejo también despertó la curiosidad y las preguntas de todos los asistentes, que no fueron sólo los alumnos del centro, ya que se trató de una actividad abierta a toda la comunidad. Una vez roto el hielo de las primeras preguntas, los vecinos de Ibias se animaron a preguntar el origen del nombre de su pueblo. En la gran mayoría de los casos este origen parte de aspectos propios de los enclaves de cada pueblo, del aspecto de sus alrededores o de algún hecho diferencial en el aspecto físico.

Así, ante las impacientes preguntas sobre el origen de Marentes, Marcellá, Carbueiro, A Megulleira. el profesor Balbuena contestó con la descripción o enumeración de alguna característica sobresaliente o relevante del lugar o con un origen desconocido, generalmente procedentes de nombres comunes antiguos que, con el transcurso del tiempo, azares o evolución lingüística del territorio, ha dejado de entenderse.