Cangas del Narcea,

Pepe RODRÍGUEZ

El grupo de desarrollo rural Fuentes del Narcea ha editado una guía titulada «El sabor de Fuentes del Narcea» que recoge el trabajo de quince empresas agroalimentarias del Suroccidente, empresas que tienen todas ellas una apuesta común: hacer de los sabores únicos de la comarca una forma de negocio.

El suroccidente de Asturias, la comarca de Fuentes del Narcea, siempre ha sido conocida por tener unos productos alimenticios propios de un enorme carácter. Fuertes, nobles y corresponsables, junto con la mano que siempre los cultivó y convirtió en alimentos, los agricultores y ganaderos, del paisaje de la zona. Con la llegada de la minería, estos sabores corrieron serio riesgo de desaparecer, pero hay esfuerzos que están intentando conseguir hacer de esta riqueza gastronómica una pequeña industria, una forma de vida.

La guía divide a las empresas en cuatro grupos. Están las bodegas del Vino de Calidad de Cangas: Antón Chicote, Chacón Buelta, Bodega del Narcea, Dominio del Urogallo, La Muriella, Monasterio de Corias y Obanca; las panaderías: Isclo, Manín, Penles, Xepe; los productores de miel y licores: Saladin, Montes de Ibias, Outurelos; y fábricas de embutidos como la de Santulaya.

Alberto Uría, de miel Outurelos, de Ibias, explica las peculiaridades que hacen especial estos sabores: «Son como los que comía con mi abuelo. La miel que hacemos es totalmente artesanal y no tiene nada que ver con la industrial. Sólo abrir un bote ya se llena toda la casa con el olor». Uría subraya que este trabajo artesanal es el que hace que el producto sea único y, a la vez, que el paisaje mantenga sus características únicas; en el caso de la miel, las abejas polinizan el brezo y los castaños, plantas y árboles de los que hace la miel Outurelos, y ayudan a que haya más alimento para los animales, por ejemplo.

De la misma forma, el trabajo de los viticultores como el popular Antonio Álvarez, «Antón Chicote», han sido los que han convertido la comarca en lo que es desde el punto de vista paisajístico. El Vino de Calidad de Cangas, a un paso burocrático de convertirse en Denominación de Origen, tiene un sabor peculiar, especial y hace que la vista del Suroccidente se salpique con viñas de alta montaña, empinadas y escalonadas, que ayudan a formar la esencia de la comarca.

El pan tradicional de las casas de aldea de Fuentes del Narcea se caracterizaba por una mezcla de cereales y una cocción en horno de leña que hacían de él un alimento de enorme personalidad. Eso mismo es lo que mueve a Higinio García, de Panadería Manín, a llevar sus hogazas por toda la comarca y también hasta Oviedo.

«En Oviedo se aprecia mucho que sea un pan diferente. Yo, de hecho, aún no he encontrado ningún sitio donde se haga así», explica. Se trata de un pan con una corteza contundente y una miga densa. García trabaja con las recetas tradicionales para hacer su pan, sus empanadas, que conservan el sabor de antaño.

Todas estas empresas, como pone de manifiesto la guía publicada, trabajan con los mejores ingredientes y con la forma de hacer las cosas de siempre para conservar los sabores más puros; pero también miran al futuro para hacer de ello una forma de vida, según destacan sus responsables.