Canero (Valdés) / Cudillero, A. M. SERRANO

Los concejos de Valdés y Cudillero reciben con ilusión el nuevo plan de Infraestructuras, Transportes y Vivienda, que incluye la prolongación de la A-63 hasta la localidad valdesana de Canero, donde conectará con la Autovía del Cantábrico. El alcalde de Valdés, José Modesto Vallejo (Foro Asturias), indicó ayer, un día después de que se conociese el borrador del gobierno nacional, que la apuesta «es bienvenida» y valoró que, en caso de construirse, «esta vía marcará un antes y un después en la zona». Con la prolongación prevista se conectarán a través de una vía de alta capacidad los concejos de Valdés, Salas y Tineo, «y se facilitará el desarrollo» de estos municipios, a juicio de José Modesto Vallejo.

Su homólogo en Cudillero, Francisco González (PSOE), es de la misma opinión. El regidor socialista destaca que esta conexión de la costa con el interior asturiano a traves de una vía rápida, una vieja aspiración, «es buena para el Occidente, para todos los concejos». González asegura que la autovía no sólo trae beneficios socioeconómicos y atrae a las empresas a esta zona, sino que también supone acercar los pueblos a servicios como los hospitales y los centros educativos.

Está previsto que en el primer trimestre del año entren en servicio los 13 kilómetros del tramo Salas-La Espina. Doriga-Cornellana está previsto para abril de 2013. Para Cornellana-Salas y la prolongación a Canero aún no hay fecha.

En el ámbito turístico, la asociación que agrupa a las empresas del sector en Valdés opina que la noticia «no puede ser mejor. Las comunicaciones son fundamentales para atraer el turismo en esta crisis», explica su presidente, Evelio García.

El Bao (Navia),

A. M. SERRANO

El Bao sigue batallando. Los vecinos de la localidad naviega han colocado una nueva pancanta para que su reclamación de que se reconstruya la carretera N-634 a su paso por esta localidad no caiga en el olvido. El llamado desvío de El Bao es paso obligado desde el verano de 2010, cuando la crecida del río Barayo, por el temporal de lluvias, afectó a la estructura de la N-634, que tuvo que ser derruida.

El gobierno de Rodríguez Zapatero autorizó entonces este paso, perteneciente a una red secundaria, y lo convirtió en carretera nacional tras unas obras de mejora. Los vecinos del enclave, descontentos con esta actuación, han organizado varios actos de protesta, reclamado amparo a los sucesivos gobiernos regionales y nacionales e incluso a la Unión Europea.

De momento, todas sus peticiones han caído en saco roto.

La plataforma por la reconstrucción la N-634 en El Bao ha retomado su actividad, aunque no con protestas, sino buscando un pronunciamiento de la Comisión Europea.

Los vecinos quieren que la Comisión se pronuncie sobre la forma en que se tomaron las decisiones políticas en aquel verano de 2010. Según la plataforma, no se consultó con los vecinos a la hora de convertir «una caleya de un pueblo en carretera nacional».