Directora del colegio Flórez Estrada de Pola de Somiedo

Pola de Somiedo

Sara ARIAS

El colegio público Flórez Estrada, en Pola, es el único centro educativo de Somiedo. Los cuarenta niños del municipio acuden a diario a la capital para asistir a clase a través de las cinco líneas de transporte escolar que existen. Pero sólo pueden estudiar en casa hasta segundo de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria). A partir de ahí vienen los madrugones para «bajar» a Grado o irse a vivir con un familiar, casi siempre a Oviedo. Con la nueva reforma educativa, la ESO pasa a tener tres cursos y conseguir el tercero para Somiedo es el reto al que se enfrenta ahora mismo el colegio y en concreto, su directora, María Ángeles Marrón, que lleva 28 años dedicada a este centro.

-¿Cómo es dirigir un colegio en una zona que en la que casi no hay niños?

-No es lo mismo dirigir un colegio como este que hacerlo en una ciudad. No es tan difícil, porque los niños de las ciudades presentan una problemática mayor. Los niños de aquí escasamente dan problemas de disciplina. Pero llevar un colegio en una zona rural no deja de tener sus inconvenientes.

-¿Cuáles son las dificultades a las que se enfrenta el colegio somedano?

-El mayor problema que presenta es que tenemos que unir los cursos en ciclos. No hay alumnos para cubrir los mínimos. Por ejemplo, en cuarto de primaria solo hay un niño.

-¿La unión de los cursos merma la calidad de la enseñanza?

-No creo que sea así, al contrario. La calidad de la enseñanza tiene otras ventajas. Por ejemplo, el niño de primero amplía conocimientos al lado del de segundo, y el de segundo afianza los que tiene. El inconveniente es para el maestro que tenemos que multiplicarnos y dividirnos.

-¿Cómo se conjugan los programas de cada curso?

-Juegas con dos o tres y a cada alumno tienes que darle lo que le corresponde. Aunque sí hay actividades que se hacen en conjunto como un dictado.

-¿Qué beneficios tiene para los alumnos el estar juntos?

-Al ser tan pocos, la enseñanza es más personalizada y eso es muy positivo. Hay cursos, como por ejemplo en cuarto, que solo hay un niño, pero que progresa al lado de los mayores.

-Somiedo es un concejo con los núcleos de población dispersos, ¿cómo ayudan a las familias para completar la educación?

-El aislamiento es un inconveniente y el centro es donde ellos socializan. La prueba es verlos como vienen de contentos, están encantados. Intentamos programar actividades que compensen este aislamiento. Realizamos actividades extraescolares como pintura o kárate de tres a cuatro de la tarde, para que luego puedan coger el autobús. También tienen inglés, que lo patrocina la asociación de padres y el Ayuntamiento ofrece actividades deportivas.

-¿Qué pasa con los alumnos una vez finalizan segundo de la ESO?

-Cuando terminan van al instituto César Rodríguez de Grado, al que estamos adscritos. Algunos niños van en la línea regular de Alsa a las siete menos cuarto de la mañana. Y luego o bien los recogen los padres en Belmonte a las tres o se quedan haciendo actividades extraescolares y clases particulares y suben luego a las siete. Pero la mayor parte se va fuera, como a Oviedo. Se desplazan con algún familiar o un miembro de la familia se va con ellos para que puedan continuar con los estudios. Porque no es sólo ir desde Pola a Grado; la mayoría viven en pueblos y tienen que madrugar mucho para ir al instituto.

-¿Qué medidas de apoyo necesita ahora el colegio Flórez Estrada por parte de la administración?

-Apoyo tenemos total en cuanto a recursos materiales y profesionales. Ahora con la reforma educativa que crea tres cursos de ESO y tres de Bachiller, pedimos que nos den el tercer curso de la enseñanza obligatoria. Eso sería bueno para los alumnos, terminar aquí la secundaria y luego salir fuera a hacer el Bachiller.

-¿Cómo hacen frente al mal tiempo? Por ejemplo ahora, en invierno, cuando las carreteras se quedan cortadas por la nieve y los niños no pueden bajar al colegio.

-Cuando pasan varios días les damos tarea. Pero ahora los inviernos no vienen como antes, y este año solo faltaron algunos días. Nos ponemos en contacto con las familias por teléfono o mail para indicarles en qué tienen que ponerse al día los niños, y de esa forma no pierden el hilo cuando se incorporan.

-¿Cuáles son los puntos fuertes del Flórez Estrada?

-Yo creo que el trato, que es muy familiar. Es atípico, yo sé que hay gente que viene de fuera que ve raro cosas del funcionamiento, pero esto ya es algo que se acordó hace tiempo. También con los profesores, ya que el claustro no es fijo y siempre hay un grupo de interinos. Me encanta cuando vienen los nuevos porque lo hacen con mucha ilusión y creo que es bueno para una persona que está comenzando su etapa laboral empezar en un centro así tan familiar.

-¿Los alumnos quieren seguir con los trabajos de sus padres? ¿Quieren ser ganaderos o pastores?

-Los hay que sí, alguno sí que quiere dedicarse a la ganadería. Pero creo que por lo general todos quieren estudiar. Además, todos los padres quieren que sienten las bases y que tengan una buena formación para un aprendizaje futuro. Los padres tienen miras de que tengan otras profesiones porque esta vida es muy dura, y los padres quieren lo mejor para sus hijos.