Puerto de Vega (Navia),

A. M. SERRANO

La venta de percebes cayó un 24 por ciento en el último año en la Cofradía de Pescadores Nuestra Señora de La Atalaya de Puerto de Vega, la más importante de Asturias en lo que respecta a la venta de este crustáceo y una de las más activas del Cantábrico. La lonja vendió en la pasada campaña 18.600 kilos de percebe, frente a los 24.522 que colocó en el mercado en la temporada inmediatamente anterior.

El patrón mayor de la entidad pesquera, Adolfo García, achaca estos malos resultados a las condiciones meteorológicas (que no fueron favorables para la captura del crustáceo en las piedras de acceso más complicado) y a la crisis económica, que contiene el consumo del percebe. Desde el inicio de la temporada (el pasado octubre) hasta el último día de abril, la Cofradía de Puerto de Vega facturó 587.600 euros por la venta de percebe. Una cantidad muy inferior a la de la campaña de 2010-2011, cuando se vendieron percebes por valor de 862.343 euros. También fueron a la baja la media del precio del kilo y los precios mínimo y máximo. El primer valor se quedó este año en 30 euros, frente a los 36 euros por kilo que se pagó de media en la campaña de 2010-2011. El precio mínimo de este año fue de seis euros y el máximo, de 230. El pasado año esos mismos valores fueron de siete y 252 euros, respectivamente.

La cofradía lleva varias temporadas registrando una tendencia a la baja. Desde 2009, cuando la crisis se empezó a notar en la lonja, la entidad busca nuevas oportunidades. Con el cambio del patrón mayor y de directiva y dada la situación actual de crisis, la búsqueda de nuevos mercados para el producto pescado en la zona se acelera. García explica al respecto que, de cara a la próxima temporada, «estudiamos entrar en otro tipo de mercados, que ahora no tocábamos, para vender el percebe más pequeño». Se refiere a las grandes superficies. La venta del crustáceo en la lonja estaba monopolizada por cetáreas o por complejos hosteleros. La situación actual «nos obliga a buscar algo para los percebes que no se venden bien a estas empresas», explica García.

Pese a los flojos resultados, la directiva de la entidad no teme por su situación. Ya afrontó cambios hace unos meses, con la reducción de plantilla. A la par, los perceberos «continuarán con la actividad porque muchos creen que fueron las malas condiciones del mar las que no acompañaron», señala García. Así, en diciembre, uno de los meses de oro de la campaña del percebe por la demanda navideña, los mariscadores sólo pudieron salir siete días en busca del preciado crustáceo. En abril, último mes de campaña, fueron dos. «Esta situación ajena al consumo potencial nos afecta mucho», añade García.

Durante el pasado mes de diciembre, la ganancia media de un percebero que vendiese el producto en Puerto de Vega fue de 1.000 euros, explica el patrón mayor, «contra los 3.000 o 4.000 euros de temporadas pasadas». Además, este año los marineros tuvieron que hacer frente a la crisis, participando en la pesca de otros productos con más posibilidades de mercado a un precio estable.

Dentro de la zona costera comprendida entre Ribadeo y Muros de Nalón hay 365 perceberos, según el Plan de Explotación.