Taramundi,

T. CASCUDO

El Ayuntamiento de Taramundi sólo ha logrado cubrir dos de las nueve plazas disponibles en el Centro de Artesanía de Bres, el segundo espacio dedicado a la promoción de la actividad artesana que opera en Asturias. No obstante, el consistorio no se rinde en su empeño por convertir este equipamiento en atractivo turístico y acaba de ampliar en dos meses el plazo para la solicitud de un taller.

El periodo de dos meses comenzará a contar desde el día en que se publique la convocatoria en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA), algo que ocurrirá en cuestión de días. El alcalde de Taramundi, Eduardo Lastra, lamenta que una vez superados los escollos con la adjudicataria de la obra (entró en concurso de acreedores, lo que demoró la rehabilitación del inmueble), no sea posible ponerlo en marcha cubriendo todas las plazas. No obstante, no se da por vencido y confía en que una vez que la gente lo vea funcionando se anime a incorporarse a este espacio único en la comarca: «Nos hubiera gustado contar con más gente interesada, pero seguimos apostando por el centro como un recurso turístico de primer nivel. Lo importante ahora es que empiece a funcionar cuanto antes».

Cuatro artesanos mostraron interés en el centro, pero sólo dos llegaron a presentar su solicitud formal y han resultado elegidos. Se trata de Fernando Vicens y Pilar Quintana. El primero es un gallego afincado en Taramundi que se dedica al cuero y la segunda no requiere presentación en Asturias, ya que es una de las artesanas más veteranas de la comarca, que lleva años volcada en la artesanía del telar.

Si no hay cambios sobre las previsiones del equipo de gobierno, el espacio abrirá sus puertas entre finales de abril y principios de mayo, ya que quieren dar el tiempo suficiente a los artesanos para acondicionar su taller.

Los nueve talleres disponibles tienen unas medidas que van desde los 12 a los 51 metros cuadrados, y se alquilan por precios que van desde los 60 a los 110 euros al mes (IVA aparte). Al acceder al centro los artesanos firman un contrato de permanencia de un año, que puede ser prorrogado por cuatro años. El requisito imprescindible que deben cumplir los candidatos es trabajar en un sector artesano diferente al de la navaja y el cuchillo, ya muy arraigado en el concejo.