Cepesma retiró uno de los delfines, pero dejó el cadáver del otro en la playa debido al mal estado que presentaba. La Coordinadora estima que ambos ejemplares pudieron morir en artes de pesca. Cepesma trata de determinar siempre las causas de la muerte de los cetáceos.

Torbas (Coaña), A. SERRANO

La Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (Cepesma) ha localizado dos ejemplares de delfín, ambos muertos y uno de ellos en avanzado estado de descomposición, en la playa de Torbas, en Coaña. El coordinador de la Cepesma, Luis Laria, cree que las muertes están relacionadas con las artes de pesca de red de volanta. Es la primera vez que aparecen delfines en esta playa coañesa.

Los vecinos dieron la voz de alarma el pasado lunes, cuando descubrieron los cadáveres de dos animales en avanzado estado de descomposición. Según Laria, uno de ellos podría ser el mismo que la Coordinadora localizó hace unas semanas y dejó en la playa debido a su mal estado. «El mar puede devolverlos continuamente. O tal vez estaban sepultados entre las piedras (la playa es de cantos rodados)», comentó. Otro ejemplar, mejor conservado, fue trasladado al centro de recuperación que Cepesma tiene en La Mata (Valdés). Por tanto, se trata, al menos, de tres delfines distintos, quizá cuatro.

El gerente de la Cepesma interpreta que un grupo de delfines pudo tener un percance con una red de volanta y al menos esos tres o cuatro ejemplares sufrieron heridas mortales. Este tipo de arte de pesca, explica Laria, no discrimina las capturas, por lo que representa una amenaza para todas las especies marinas.

La Cepesma, con sede en Valdés, ha rescatado numerosos delfines desde el inicio de su actividad. En el caso de los ejemplares aparecidos en Coaña, todos fueron hallados muertos. La playa de Torbas es conocida en Coaña, pero no es tan turística ni tan visitada como las cercanas de Foxos y Argüelles. El Ayuntamiento de Coaña no sabía nada de la presencia de los cadáveres de los delfines, según confirmó ayer el alcalde, Salvador Méndez.

El pasado mes de enero aparecieron en la costa de Asturias cuatro delfines (dos comunes y dos listados) y una tortuga. Uno de los delfines se localizó en Serantes (Tapia de Casariego); la Guardia Civil dio la voz de alarma. Otro fue visto por un pescador en la playa de Bozo, en Valdés. En este caso, el ejemplar estaba muerto. Emergencias 112 Asturias informó de la presencia de otro delfín más en la playa de Xagó (Gozón), que fue trasladado al centro de recuperación de Luarca. El cuarto apareció en el arenal de Rodiles (Villaviciosa), con una aleta amputada, una lesión que indica que fue capturado en un arte de enmalle, según la Cepesma. La tortuga laúd, de 300 kilos de peso, se encontró sin vida en la playa de San Juan de Nieva (Castrillón).

La Cepesma también recuperó este año una joven foca gris que varó en Gijón en el mes de marzo. En este caso fue posible devolverla al mar con vida. La coordinadora valdesana tiene una notable experiencia en el cuidado y la recuperación de estos mamíferos marinos. También ha recuperado con éxito a varios delfines varados con vida. Otra de sus líneas de trabajo en favor de los cetáceos y las focas consiste en el desarrollo de campañas para la prevención del impacto de la pesca, la contaminación y otras actividades humanas en el medio marino.