Cadavedo (Valdés),

A. SERRANO

Mari Rico, de 68 años, hace casi todos los días el camino que separa su casa del prao de La Regalina, en Cadavedo (Valdés). Unos 600 metros de distancia que le sirven para pensar en lo que es, fue y pretende ser este rincón «mágico» para el pueblo, para el municipio y para Asturias, donde se celebra una de las fiestas con más arraigo en el concejo valdesano y con mayor proyección cultural del verano asturiano. Estos días, los pensamientos son más profundos o, si se quiere, más optimistas porque este lugar opta a ser el «Mejor rincón de España» según la Guía Repsol. «Es una satisfacción y aquí todos estamos encantados», asegura Rico.

La Regalina, antes campo de La Garita, es «casi todo» para Cadavedo. En este rincón con una mirada especial al mar Cantábrico parecen estar presentes todos los encantos de la tierrina: «el mar, la montaña, la tranquilidad, los hórreos, las costumbres asturianas...», explica Paula Fernández, vecina de Cadavedo y colaboradora de la Sociedad Popular «La Regalina».

La historia acompaña a los sentimientos de los vecinos de Cadavedo. Es decir, La Regalina es lo que es para Cadavedo desde 1931, cuando el Padre Galo, poeta y escritor, fundó una romería que lleva este nombre en el mismo lugar que hoy es merecedor, según los internautas que votan por las distintas candidaturas de España, a ser el mejor rincón del país.

Mari Rico conoce bien esta historia. Los vecinos de Cadavedo son los principales valedores de su pasado y ella, persona activa en la vida cultural y asociativa del pueblo y del concejo, trata de defender la proyección de lo que es «de todos» los valdesanos. Está muy contenta con la candidatura, propuesta por la Sociedad Regional de Turismo (entidad dependiente del Principado).

La Virgen de la Riegla, que da nombre al lugar, apareció en un castaño, según contó el Padre Galo y según cuentan las historias locales. Se hizo una colecta para hacer propio el hoy campo de la fiesta, construir una capilla y, en definitiva, hacer honores a esta aparición con una romería.

La fiesta nació con un altar para recibir a la Virgen en el lugar que puede convertirse en el mejor rincón de España de 2013. En 1953 se creó la Sociedad Popular «La Regalina», una de las más antiguas de Valdés, cuando la fiesta ya tenía arraigo, capilla y seguidores. A través de esta asociación cultural, los vecinos organizan los festejos cada último fin de semana de agosto. La cita no ha perdido su versión religiosoa, pero tiene algo especial por reconocer la cultura de Asturias. El programa prevé exhibiciones de bailes tradicionales de toda la región y el desfile desde el pueblo rinde honores a lo asturiano, con multitud de personas y vecinos vestidos con el traje típico. Una placa en la capilla rinde homenaje a la que se cree obra del Padre Galo y la fecha de su nacimiento. Las vistas del lugar del festejo hacen todavía más especial la cita que dentro de dos décadas cumplirá cien años. «Todo el mundo que nos visita lo dice. Además, es un paisaje de colores cambiantes, que siempre te sorprende. Nunca te acostumbras. Sobrecoge», explica Mari Rico.

Desde La Regalina se observa la montaña asturiana, se pueden ver la playa de Cadavedo y el litoral de vecino concejo de Cudillero, a un lado, y los acantilados de Valdés, al otro. Es una de las partes del territorio asturiano que más se adentran en el mar Cantábrico y uno de los lugares preferidos por las personas que hacen el Camino de Santiago por la costa.

David Domínguez, de Valladolid, fue ayer uno de los peregrinos que visitó La Regalina. Lo hizo por recomendación de un hospitalero del albergue de Soto de Luiña (Cudillero). Su paisaje no le decepcionó: «Desde Irún creo que es lo mejor que he visto».

El fallo sobre el «Mejor rincón de España» de este año se conocerá el próximo 22 de agosto, pero, como dice Paula Fernández, la candidatura «ya está en cuartos de final». Es decir, lucha sólo contra otras siete, es la única del Principado y ha superado ya otras pruebas de eliminación.

María Teresa Pérez tiene 76 años y conoce a la perfección este lugar de Valdés, como rincón «especial» y por la fiesta. En este campo con dos hórreos que simbolizan y tratan de ensalzar la cultura asturiana vivió casi todos los años su pasión por Asturias. Para ella, Cadavedo es La Regalina y no se puede entender la vida del pueblo ni del Occidente sin hacer mención a este enclave, que forma parte del Paisaje Protegido de la Costa Occidental, y a este festejo.

Cadavedo tiene unos 600 habitantes y es uno de los pueblos de costa más singulares de Valdés, junto al vecino Busto, conocido por su cabo, su faro y por haber sido asentamiento, hace 300.000 años, del «Homo heidelbergensis».

Antonio Coronas es el secretario de la Sociedad Popular «La Regalina». Forma parte del grupo de vecinos que trabaja todo el año para que cada agosto Cadavedo tenga su fiesta, declarada de Interés Turístico desde 1977. «Aquí lo que hacemos es reivindicar lo nuestro. No olvidar a nuestros antepasados. No olvidar lo que nos hace ser lo que somos», aclara.

Pocas historias en Valdés se recuerdan, se viven y se defienden con tanta vehemencia. La organización y la unidad del pueblo es fundamental para que la fiesta pueda ser lo que es: una cita de las más destacadas del programa estival de la región. Y a ello se añade el paisaje, reconocido por la Sociedad de Turismo del Principado, que eligió el rincón de Asturias como representativo de la región. Este año, la mención al rincón de España, en caso de lograrse, hará más especial a Valdés. Luarca, capital del concejo, se convirtió este año en el pueblo más bonito de España en un concurso de pueblos con encanto organizado a través de una web.

Si este año Cadavedo logra ser el mejor rincón del año en España, tal vez la crisis se note menos. La promoción está hecha y las visitas, tal vez, aseguradas.