Pesoz quiere hacer vino de calidad de Cangas del Narcea. Al menos ésa es la intención con la que se está trabajando en un convenio con el Consejo Regulador de esta denominación de origen protegida, mediante el que se establecerá una colaboración más estrecha entre este órgano y los diferentes municipios que forman parte del sello. "Dentro de este convenio, el Consejo Regulador recorrerá los diferentes concejos productores para explicar los procesos vinícolas e impulsar la creación de bodegas dentro de la etiqueta Vino de Cangas", explicó José Valledor, alcalde de Pesoz, en la jornada dedicada a este producto de la tierra que se celebró ayer en el concejo de la cuenca alta del Navia.

Uno de los primeros pasos se dio ayer, en el Museo Etnológico de Pesoz, donde el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Vino de Calidad de Cangas, Juan Manuel Redondo, guio a los posibles interesados en el camino de convertirse en productores de vino con la contraetiqueta. Animó a los productores a unirse a una iniciativa que "después de catorce años de trabajo ha conseguido dar a conocer el vino de esta región. Nuestros vinos compiten en cualquier mercado o concurso nacional e internacional gracias a un trabajo arduo. Ahora ya hay una base sólida sobre la que asentarse y con unos recursos que hace años no había", manifestó.

A pesar del interés por parte de los diferentes organismos, los productores de Pesoz, que dedican la totalidad de la cosecha al consumo propio o como obsequio entre familiares y amigos, no parecen decididos a dar el salto y convertirse en bodegas con etiqueta. "Son riesgos grandes los que se corren y, de momento, no hay muchos indicios de gente que se haya animado", sostiene el regidor local, que apunta a la "falta de gente joven" como principal causa.

"Si hubiera más gente con la que trabajar, podría animarme a hacer una plantación importante para entrar en la denominación de origen y crear una bodega aquí, en Pesoz, porque es lo que le falta", asegura Pedro Sánchez, uno de los productores locales. "No hay gente, es un concejo pequeño, con la media de edad bastante elevada, y es difícil encontrar socios que se animen", asegura. Una bodega "sería perfecta como segunda actividad económica", subraya.