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Allande, iglesia a cuenta de su expárroco

Un antiguo cura de San Andrés de Pola dona 58.000 euros que han permitido reformar el templo y hallar elementos ocultos, como una puerta y una hornacina

Menéndez ante la puerta utilizada hasta los años 50 y oculta hasta ahora. D.Á.

Con un nuevo suelo, un lavado de cara y varios elementos de su pasado recuperados recibe ahora a los visitantes la iglesia parroquial de San Andrés de Pola de Allande, que durante cuatro meses se sometió a una reforma.

Los trabajos proyectados desde hace años buscaban renovar el suelo del edificio y solventar así un problema de humedad. La falta de financiación lo tuvo aparcado hasta ahora, cuando los vecinos de Allande recibieron una donación de 58.000 euros que les ha permitido abordarla. El donante fue un antiguo párroco de Pola de Allande que en señal de gratitud a sus antiguos feligreses decidió invertir parte de una herencia recibida en el templo. "Le tenía mucho cariño a la iglesia y siempre repetía que era muy guapa si no fuera por el suelo", explica Manuel Ramos, un vecino encargado del cuidado del templo.

Con los 58.000 euros donados por el sacerdote se dio el impulso para llevar a cabo la reforma, cuyo presupuesto alcanza casi los 90.000 euros. Para completar la inversión, los vecinos no han dudado en unirse para recaudar la cantidad necesaria para costear la tan esperada rehabilitación.

Uno de los arquitectos de la obra, el allandés Daniel Menéndez explica que la obra consistió en la sustitución del suelo "que databa de mediados del siglo XX y que era un terrazo continúo con bastantes problemas por humedad y abultamientos que resultaban peligrosos".

Aprovechando las obras de reforma se realizaron excavaciones arqueológicas con el objetivo de descubrir si bajo los cimientos de la iglesia se encontraría el templo de época medieval, algo que los arqueólogos constataron que no fue así. "Aunque la hubiesen arrasado se encontraría algún resto, así que creemos que la iglesia medieval no está bajo la actual sino al sur, algo que tiene sentido, ya que estas construcciones se prolongaban en el tiempo y necesitarían mantener la anterior mientras hacían la nueva", explica Andrés Menéndez, uno de los arqueólogos encargado de la investigación.

Aún así, los investigadores se muestran satisfechos con el trabajo porque "nos ha permitido conocer las distintas fases de la iglesia y han aparecido cosas que se pueden conservar visibles y mejoran el aspecto del interior del templo", comenta Menéndez.

Entre los hallazgos más relevantes se encuentra una puerta que unía la iglesia con el cementerio y que se utilizó hasta los años 50. Se trataba de la puerta principal por contar con una benditera, ambos elementos han quedado a la vista. Además, también se puede ver una hornacina, cerca del altar. Ocultos tras un cajón de madera, para evitar su deterioro y por la necesidad de ser restaurados, se han quedado dos altares del siglo XVIII y también se han encontrado los restos de una pila bautismal del siglo XIX entre otros pequeños objetos.

La idea de los arqueólogos es colocar en la iglesia algún tipo de panel informativo en el que se recoja la historia del templo y la información rescatada de las investigaciones.

Las obras se inaugurarán mañana con una misa a las 20.00 oficiada por el obispo auxiliar Monseñor Juan Antonio.

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