Los ayuntamientos de Castropol y Ribadeo han acordado solicitar al Ministerio de Fomento que recupere la iluminación del puente de los Santos, a oscuras desde 2011. Los regidores de ambos concejos apelan a razones "de seguridad", especialmente de los peatones, para reclamar al ente ministerial que asuma este alumbrado del puente que une por autovía Asturias y Galicia.

Castropol decidió en 2011 apagar las luminarias ante la negativa de Fomento a asumir su coste. Cabe recordar que hasta esa fecha los municipios de Castropol y Ribadeo tenían un acuerdo para costear de manera conjunta la factura de la iluminación, un acuerdo que el consistorio ribadense incumplió en la última etapa asumiendo el asturiano el coste íntegro de la luz. De ahí que Castropol pidiera a Fomento que se hiciese cargo del recibo de la luz o, de lo contrario, cortaría el suministro, como al final hizo.

Los consistorios quieren retomar el tema y han redactado una moción conjunta que llevarán a sus respectivos plenos -el de Castropol se celebrará a principios de octubre- para luego remitirla a Madrid. "Esperamos que después de nuestros escritos lo reconsideren y se restablezca ese alumbrado que viene muy bien a los dos concejos y, sobre todo, a los vecinos", incide Pérez.

Los alcaldes no entienden la negativa de Fomento a asumir el alumbrado cuando el propio puente y también la Autovía son de su titularidad. A este respecto, indican el contrasentido que supone que Fomento pague la luz de las rotondas de acceso a Ribadeo y a Figueras, a escasos metros del viaducto, y en cambio se niegue a sostener la iluminación del puente que desde 2008 da soporte a la Autovía del Cantábrico. "Creo que no estamos pidiendo nada desorbitado", añade el regidor castropolense.

Tanto Ribadeo como Castropol apelan a la singularidad de este puente, que dispone de aceras a ambos lados. Estas aceras son muy transitadas por vecinos a pie o en bicicleta, y también por los peregrinos del Camino de Santiago que dejan Asturias por la ría del Eo. En invierno, con menos horas de luz, la iluminación se convierte en un elemento necesario para los que discurren por la acera. "Por las aceras circulan cada vez más viandantes y ciclistas, y tienen que pasar a oscuras, muchas veces con gran peligro, ya que ni el ancho de la acera, que tiene escasamente 80 centímetros, ni la disposición de la reja de seguridad cumplen con las mínimas normas de diseño que faciliten una cómoda y segura circulación de los peatones", explica el alcalde ribadense, Fernando Suárez. El Alcalde de Castropol apunta asimismo que los focos también son positivos para los conductores que cruzan la vía en coche.