Cuatro años después, las huellas del gran incendio siguen presentes. Al pasar Berducedo, el paisaje muestra troncos y árboles ennegrecidos que luchan por mantenerse en pie. A la llegada a San Martín es la casa de la Torre, calcinada, la que recuerda la destrucción. La angustia se ha repetido este verano con el incedió declarado cerca de Fonteta.