La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Castañas y sidra en un café naviego

Miguel Pérez introduce los productos asturianos en sus combinados del campeonato de baristas, del que fue eliminado por no cumplir el tiempo marcado

Miguel Pérez prepara una de sus creaciones frente al jurado en el campeonato nacional. REPRODUCCIÓN DE G.G.

Un segundo separó a Miguel Pérez de la final del campeonato de España de baristas, que se celebró esta semana en Málaga, y a donde el naviego llegó con la vitola de campeón de Asturias, título logrado el pasado mes de agosto. "El tiempo para sacar de la máquina un expreso está entre veinte y treinta segundos. Yo lo hice en 19, porque lo quería corto", lamenta Pérez. Este error lo privó de estar entre los mejores. Sin embargo, el barista del Occidente se trae de Málaga un buen sabor de boca, gracias a la experiencia "y al gran aprendizaje que supone participar en un evento de estas dimensiones", señala.

Cada concursante dispuso, en este campeonato, de dieciséis minutos para preparar diferentes cafés: expreso, capuchino, un combinado sin alcohol y uno espirituoso. La libertad creativa es total, y los ingredientes, prácticamente ilimitados. La única regla es que la fusión combine al olfato, a la vista y sobre todo al gusto.

En esta ocasión, Miguel Pérez trató de encandilar al jurado con café procedente de Costa Rica, y con unos combinados muy asturianos. El naviego repitió la creación de maracuyá y castaña que le dio el título en el certamen regional, y se basó en la sidra para el cóctel con alcohol. "Café, cuarenta mililitros de sidra natural recién escanciada, y sirope de azúcar, todo ello mezclado en la coctelera y puesto a enfriar", cuenta el barista. El objetivo no era otro que "buscar una sinergia entre lo asturiano, lo tradicional, y el café que yo había elegido". Así, durante la elaboración, Pérez explicó al auditorio la celebración del magosto, muy popular en el Norte, así como el proceso de elaboración y fermentado con el que se logra obtener la sidra asturiana.

A pesar de todos sus esfuerzos, el naviego no logró ser uno de los seis finalistas que avanzaron de ronda. En este tipo de campeonatos, todo se mide al milímetro, y el más mínimo fallo supone un lastre difícil de superar. La técnica, los movimientos, y el oficio del barista es casi tan importante como el aroma o el sabor del café servido. No obstante, la actuación de cada participante está milimétricamente controlada por dos jueces sensoriales, dos jueces técnicos, dos jueces de control y un juez líder.

A pesar de ello, a Miguel no se le borra la sonrisa de la cara. "Ha sido una experiencia inolvidable, en la que aprendes muchísimo, y conoces a una gran cantidad de gente que lleva años y años en esto. Es un máster acelerado", explica. Sobre la ciudad sólo tiene buenas palabras, y reconoce que en esta ocasión el auditorio, por tamaño y asistencia de público, le impresionó más que en el primer campeonato nacional, celebrado en Barcelona.

El barista naviego piensa ya en su próximo reto, para el que seguirá entrenando con dedicación en Tineo, apoyado por Cafento, la firma con la que ha ido de la mano en su exitosa carrera.

Compartir el artículo

stats