Andrea González es una mujer castropolense enamorada de la zona rural que decidió buscarse la vida en el pueblo después de licenciarse en Derecho por la Universidad de Oviedo. Hasta hace unos años, trabajó como abogada y agente de desarrollo local y de planes de dinamización y calidad turística. Siempre en el Occidente. Ahora lo hace en la oficina de coordinación cultural y lingüística de la mancomunidad Oscos-Eo. Es, además, una apicultora conocida por su pasión por la miel. Natural de Vilarín (Castropol), preside la Asociación de Abeyeiros del Occidente de Asturias, que reúne a parte de los productores de miel de la comarca.
-¿Pasa la apicultura por un buen momento?
-Hace años que no está en su mejor momento. Luchamos contra enfermedades, contra los efectos de un medio ambiente insano, lleno de contaminantes, y contra la presencia de especies invasoras. Además, los precios de la miel llevan años sin actualizarse. Pero, como contrapartida, la miel que producimos aquí, la asturiana, es reconocida por el consumidor como un producto saludable y de excelente calidad. La consume mucha gente.
-El 31 de octubre y 1 de noviembre se celebra en Boal la Feria de la Miel. ¿Qué aporta?
-Visibilidad y protagonismo a un sector que en la comarca occidental es importante y tiene mucho futuro. Es también una cita interesante como escenario de compraventa de éste y de otros productos de la colmena.
-¿Considera que se debe apoyar más al mundo rural y al sector primario?
-Evidentemente. En esa premisa parece estar todo el mundo de acuerdo, aunque no saben muy bien cómo hacerlo o no quieren.
-¿Por qué?
-Si no hay un impulso a lo rural, en unos años las alas de Asturias estarán casi vacías, con una gran cantidad de pueblos abandonados. La práctica totalidad de la población asturiana se localizará en el centro. Eso no es una gestión integral ni correcta del territorio y generará problemas.
-¿Qué tiene Occidente de atractivo para el mundo de las colmenas?
-Cuenta con unas condiciones muy apropiadas para la apicultura: orográficas, climáticas, de flora y tiene, además, gran tradición. La apicultura tradicional tuvo un gran desarrollo en el Occidente, mucho mayor que en otras partes de Asturias.
-¿Hay suficientes productores?
-Creo que estamos muy lejos de alcanzar el techo de producción de miel en Asturias. La apicultura podría convertirse en actividad principal o complementaria para muchos asturianos que habitan en el medio rural. La formación, el fomento y el apoyo a esta actividad es fundamental, y la Administración debería considerarla una ganadería más y verla como una oportunidad de futuro para complementar los ingresos en el medio rural. La producción de leche y de carne lleva años en crisis, y la apicultura representa una magnífica alternativa.
-¿Qué opina de la variedad "miel ecológica"?
-Es una opción muy respetable, como también lo es la producción de miel en convencional. En ambos casos el productor ha de ser responsable y poner en el mercado un producto que cumpla todos los estándares de calidad.
-¿Hay riesgos con el avispón asiático?
-Ya está presente en Asturias, tanto en la parte occidental como en la oriental. Es decir, no podemos hablar de un riesgo, sino de una realidad. En muy poco tiempo colonizará toda Asturias y la cornisa cantábrica.
-¿Tiene más peligros de colonización la zona occidental?
-Tiene los mismos que el resto. Es cierto que entraron por el Occidente vía Galicia, y un poco más tarde por el Oriente vía Cantabría. Pero ya están aquí.
-Hace tiempo se habló de la mortandad de las abejas y de sus consecuencias. ¿Persiste?
-Las abejas son insectos que se ven muy afectados por el medio ambiente en el que viven, por la contaminación, los pesticidas, los herbicidas y un largo etcétera. También por la presencia de varias enfermedades, y de muy malas prácticas en ocasiones...
-¿Necesita el sector más apoyos institucionales? No tendrán ayudas europeas...
-Desde luego. Da la sensación de que la Administración asturiana no considera la apicultura una actividad económica ni a las abejas una ganadería. La apicultura no tiene ningún apoyo institucional, no ha sido incluida en el Plan de Desarrollo Rural, por lo que se queda fuera de las ayudas europeas, como denunciaba hace unos días la Asociación de Apicultores Asociados del Principado de Asturias. No se comprende que, estando el mundo rural en crisis y tan necesitado de alternativas, se desprecie a la apicultura y a los profesionales de este sector, máxime cuando la Administración es la responsable de abrir nuevos caminos y generar oportunidades.
-En los mercados, ¿hay suficiente información sobre la procedencia de la miel o debería haber más controles?
-No hay ningún control. Hay muchos apicultores aficionados que venden su excedente sin ninguna vigilancia por parte de la Administración. Yo diría que es el alimento sobre el que se ejerce menos control. Y esto es consecuencia de lo anterior: la Administración no valora la apicultura, la considera más una afición que una actividad productiva.
-¿Cómo puede el Occidente mejorar su situación?
-Tenemos un grave problema de población: hay poca y está envejecida. Además, la mentalidad de nuestra sociedad es muy urbana. Hay un gran desapego y casi rechazo por lo rural; eso hace que pocos apuesten por esto.
